pamplona. Así lo ha asegurado el director gerente de la Agencia Navarra de Emergecias, David Sáinz, quien, en declaraciones a los medios de comunicación en las inmediaciones del portal afectado, ha informado de que la cubierta y la octava planta del edificio están completamente destruidas, mientras que del séptimo para abajo comienzan a reducirse los daños. Junto a Sáinz ha comparecido la concejala delegada de Movilidad y Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Pamplona, Ana Elizalde.
Sáinz, que ha destacado que este incendio "es uno de los mayores siniestros por fuego que ha habido en Pamplona en los últimos años", ha insistido en que "los daños podrían haber sido mayores". "Son fuegos urbanos que, si no se atacan pronto con medios y con preparación del personal, en otros años o en otros lugares, pueden afectar a una manzana entera o a un barrio", ha asegurado.
Además, también ha recordado que "no hubo que lamentar daños personales", aunque sí se realizaron "atenciones a pie de fuego a personas mayores con enfermedades crónicas".
Preguntado por las críticas por la longitud de las escaleras de los bomberos, Sáinz ha defendido que "no son fundadas" y ha destacado que "ayer la gente se jugó la vida". Así, ha añadido que Navarra tiene "los mejores medios y personal posibles" y ha puesto de relieve que "los bomberos estuvieron en frente de fuego, soportando temperaturas altísimas, luchando contra los elementos, al límite de su propia vida y eso hay que valorarlo".
En cuanto a la posible causa del incendio, Sáinz ha indicado que "todo apunta a que pueda ser una causa fortuita y un tema eléctrico". En todo caso, ha afirmado que en estos momentos, la Policía Municipal y la Policía Nacional investigan los motivos del fuego, y también tendrán que pasar por el edificio la Policía científica.
LO NUNCA VISTO EN DÉCADAS Un incendio urbano de proporciones no conocidas en las últimas décadas en Pamplona se saldó ayer con cinco bloques completos desalojados, 15 familias que no pudieron regresar a dormir a sus casas y, al menos, cinco domicilios afectados por el fuego, a los que habrá que añadir aquellos dañados por el agua y los escombros. Por fortuna, nadie resultó herido.
Dada la envergadura del suceso, la Agencia Navarra de Emergencias se vio obligada a movilizar 30 bomberos y múltiples recursos procedentes de los dos parques de Pamplona (Cordovilla y Trinitarios), y Estella para aplacar el virulento incendio declarado en el Segundo Ensanche, que fue detectado cinco minutos antes de las 17.00 horas por un bombero que se encontraba fuera de servicio y circulaba por los alrededores en bicicleta.
Los vecinos del portal afectado fueron desalojados de forma inmediata y, con posterioridad, también debieron salir de sus casas los ocupantes de los números 34 y 36 de la avenida Baja Navarra, y de los números 15 y 17 de la calle Aralar, aunque sólo los inquilinos del bloque número 1 de la calle Tafalla debieron pasar la noche fuera de sus domicilios debido a los daños causados por las llamas.
Fueron necesarias más de dos horas para que el incendio quedara controlado, hito que se produjo sobre las 19.00 horas, y una hora más para que fuera sofocado, un proceso arriesgado, en el que algún bombero resultó con quemaduras superficiales en la cara, y que fue seguido en directo por cientos de pamploneses atónitos.
La llegada de los recursos de bomberos, no obstante, fue paulatina, lo que generó las críticas de algunos vecinos. En total, se emplearon tres camiones autoescala, cuatro autobombas rurales y una cisterna. Asimismo, se movilizaron dos ambulancias, una de ellas medicalizada, aunque no llegó a realizar ningún traslado hospitalario, y Cruz Roja envió también a un equipo de asistencia psico-social, que tampoco tuvo que intervenir.
El suceso colapsó durante varios minutos el centro de Pamplona, donde se cortaron la calle Aralar, la calle Tafalla y un carril de la avenida Baja Navarra. La Policía Municipal, con el apoyo de la Policía Foral y la Policía Nacional, regularon el tráfico para facilitar el paso de los vehículos de emergencias y acordonaron la zona por seguridad, mientras que una grúa municipal se encargó de retirar varios coches aparcados en las inmediaciones para evitar desperfectos por la caída de cascotes.
primeras valoraciones Las primeras estimaciones de los daños dejan 200 metros de cubierta destruida por el incendio y, al menos, cinco viviendas dañadas. Las más afectadas son las tres que ocupan la octava planta del número 1 de la calle Tafalla, donde residen un matrimonio de avanzada edad y dos jóvenes, mientras que en la séptima planta viven un hombre octogenario y una mujer de 39 años.
Además de intentar que el fuego no alcanzara más pisos, el principal objetivo de los bomberos fue confinarlo en el inmueble donde se inició y que no saltara a los adyacentes. Los muros de hormigón del edificio fueron decisivos para evitar males mayores, aunque la angustia y la tensión fue patente entre los vecinos desalojados, que siguieron la evolución del incendio desde el perímetro de seguridad.
La investigación del incendio correrá a cargo del Cuerpo Nacional de Policía, aunque todo indica que se trata de un suceso fortuito. Al lugar del incendio se desplazaron, entre otras autoridades, el vicepresidente primero y consejero de Presidencia, Justicia e Interior, Javier Caballero; el director gerente de la ANE, David Sáinz Jimenez, y la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina.