Pamplona. Como ella decía, "la casa de mis padres tiene 38 años, los mismos que yo, así que para mí es como si volviera a nacer porque el cuarto que ocupaba cuando solía ir a casa ha quedado completamente arrasada. No tengo ni una foto ni un recuerdo", aseguraba pese a las crudos hechos con un ánimo estupendo. Del 8º centro de la calle Tafalla 1 en el que vivían Juan Jesús Ros, de 72 años, y María Victoria Sanz, de 67, sólo quedó en pie el salón y una parte de su dormitorio, lugares donde no tenían cubierta encima por lo que nada se les pudo desplomar ahí. Esa parte de la casa daba a una terraza. "Lo han perdido todo. Lo único que hemos podido salvar son unas fotos, ropa que olía a hoguera, alguna cosita del salón y también dos periquitos que mi hermana (María Victoria, que vive en Jaca) se los había regalado a su hijo por Reyes y que se habían quedado en la casa hasta que vinieran a recogerlos".

en apartamentos, por ahora Lo que quería agradecer a toda costa María Eugenia, además de la hospitalidad del hotel Europa, donde habían pasado la noche del fuego hasta trasladarse ahora a unos apartamentos en Mendebaldea, es la labor del personal de Emergencias, bomberos y policías. De momento seguirán en ese alojamiento ocasional y no hacían, al menos por el momento, más cábalas sobre el futuro. "Hemos venido a estos apartamentos, que dan más sensación de hogar, tienen cocina y es más como si estuvieras en casa, pero mis padres son muy urbanitas y no sé si voy a poder llevármelos al pueblo. Yo soy más de monte y a ellos les gusta mucho esto".

Como la viva imagen de quien trata y consigue poner buena cara al mal tiempo, María Eugenia lanzaba al final un mensaje con más sentimiento, que calaba hondo, y que hacía que brillara alguna luz en este negro túnel. "Lo que nos ha pasado es una desgracia, lo asumo, es muy duro, pero de esta manera estamos apreciando realmente lo importante de la vida. Otras cosas que muchos días no das importancia como la cantidad de amigos que nos han llamado para ofrecernos su piso o la ayuda que necesitemos", finalizaba María Eugenia, que fue alertada del incidente cuando sus padres ya habían sido trasladados al hotel. "Me dijeron que salieron a toda prisa, que tenían el fuego encima".