pamplona. A su juicio, esto se debe a que la cuantía de la ayuda, 400 euros en el caso de las calderas y 800, en el de sistemas eléctricos, no resulta suficiente estímulo para que los consumidores emprendan la modernización de sus instalaciones ni para que se inclinen por las calderas de alto rendimiento en lugar de las de no condensación/bajo nox, más baratas que las primeras.
"Solo se subvencional las calderas de condensación porque resultan hasta un 30% más eficientes que las calderas de gas normales y el objetivo de todas estas ayudas es reducir el consumo energético y el impacto que ocasiona tanto a nivel económico como medioambiental. En este caso la mejora viene dada por un cambio en la tecnología", explican desde el departamento de Economía, Hacienda, Industria y Empleo Gobierno de Navarra.
El Plan Renove de Calderas 2012 arrancó el 27 de septiembre de 2011 y finaliza el 30 de septiembre o cuando se agoten los fondos disponibles. El pasado año se solicitaron 647 ayudas, pero la campaña duró la mitad de tiempo que la vigente. Su objetivo es reducir el consumo de energía en calefacción y agua caliente sanitaria y a las ayudas pueden optar cualquier persona residente en Navarra, empresas, instituciones sin ánimo de lucro, entidades locales y comunidades de propietarios. La campaña, sin embargo, no está teniendo la respuesta esperada por los instaladores. "La gente no se anima. Hubo un golpe antes, pero ahora los clientes que cambian de caldera no lo hacen por la subvención sino porque no tienen más remedio", explican desde Fontanería Aizpea.
Las subvenciones, que proceden del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, son incompatibles con las que pueda conceder la Administración foral, así como las entidades locales de Navarra para los mismos aparatos. El Gobierno debe pagar los 400 u 800 euros de ayuda en tres meses desde la finalización de la venta por parte del instalador, que es el encargado de tramitar la ayuda, así como de retirar el aparato sustituido y entregarlo a un gestor autorizado para su tratamiento como residuo. Desde el inicio de la campaña, se han abonado 1.106 ayudas.
Los precios de las calderas subvencionables oscilan entre los 1.400 y los 2.000 euros. "La campaña no me parece muy eficaz. No creo que tenga mucha incidente ni en los instaladores ni en los clientes porque al final no compensa económicamente. El gasto es muy alto para recibir la subvención", explica uno de profesionales de Fontanería Aizpea. "No lo estamos notando. El cliente que cambia la caldera lo hace por obligación, no por la ayuda. Otra cosa es que, si tiene que cambiar, elija entra una de condensación o no. Las subvención no compensa. Hay gente que ni con ayuda pone la de condensación porque la normal es más barata", coincide Fontanería Ezkaba.
600 euros de diferencia La diferencia de precio entre las calderas estancas de condensación y las normales es de unos 600 euros, según fuentes del sector, una diferencia que resta interés a las subvenciones, según los instaladores. "Te dan 400 euros y para ello te obligan a certificar y actualizar la instalación con cámaras termostáticas en radiadores, llave de vaciado, etc, cosas que antes no se exigían. Eso también cuesta dinero, unos 100 euros, cifra que sumada a los 600 euros de diferencia entre calderas frente a los 400 que te dan hace que no compense la ayuda. Al cliente, al final, le supone mucho dinero poder acceder a una subvención. Así que opta por la de no condensación, que es más barata y no tiene que cumplir todas esas exigencias", añaden.
Según los profesionales, las subvenciones deberían ser más elevadas para hacer más interesante la renovación a los hogares. "Estas campañas funcionaron bastante bien cuando empezaron. Hace dos años, si cambiabas una caldera atmosférica por otra estanca te daban 300 euros y si ponías la de condensación recibías 600. Compensaba y los clientes lo hacían, pero luego quitaron la ayuda a las calderas normales, la limitaron a las de condensación y la rebajaron a 400 euros. Ahora no les interesa, por lo menos a la mayoría, a los que están prietos de dinero, aunque a otros más conciencidados con el medio ambiente, puede que sí", apuntan.
La instalación de un tipo y otro de caldera no dependen únicamente del precio sino de cuestiones como el tamaño del piso y las características de las instalaciones. "Son todas buenas, pero a la larga algunas se amortizan por el ahorro. A una familia con mucho consumo habría que recomendarle la de condensación, pero para un piso pequeño no merece la pena porque no lo amortiza", precisan en Fontanería Aizpea.
"Hay personas que preguntan por las condiciones del Plan Renove, pero como muchas de ellas no las cumplen, por ejemplo, las de condensación no se pueden poner en todos los sitios, necesitan desagüe de fecales no de pluviales, deciden no cambiar la caldera hasta que se les rompe. Y cuando lo hacen se van a las otras, que no tienen subvención", explican fuentes de Fontanería Arriaga, que tampoco está percibiendo un gran aumento de trabajo por el Plan Renove.
Los instaladores consultados coinciden en solicitar un aumento de las ayudas públicas y que se incluyan otro tipo de calderas en la convocatoria. "Tenían que volver a subvencionar las de bajo/nox. No llegan a ser de condensación, pero casi y si las pones ahorras igual o muy parecido y son más baratas. El 99% de las que instalo son de este tipo, las otras se ponen más en reformas grandes", señalan en Calefacciones Iraizoz.
Los problemas económicos también se reflejan en el que hecho de que los consumidores se resisten a acogerse a la ayuda para instalar caldera y radiadores. "Dejan los que están. La gente ni se lo plantea", dicen en Fontanería Ezkaba.