pamplona. La segunda mano ha experimentado una serie de cambios desde que comenzó la crisis, tanto en la oferta como en la demanda. Sin embargo, la diferencia entre ambas es bastante grande, ya que en estos momentos son más las personas que quiere deshacerse de bienes que las que quieren adquirirlos. A pesar de esta tendencia, las tiendas de compraventa valoran que gente apuesta cada vez más por la reutilización en vez de por estrenar siempre cosas nuevas.

Muchos de los comercios de segunda mano que se abren actualmente no compran directamente de particulares sino de grandes proveedores. Este es el caso del comercio de ropa Kambalache del barrio de la Rochapea. Aritz Iñiguez, que dirige este negocio junto a Alicia Marcen, explica que "compran a empresas, que son las que recogen grandes cantidades de ropa procedentes de tiendas, particulares o, incluso, de otros países". Para Iñiguez esta es una iniciativa importante en estos momentos, ya que "ahora no podemos mantener el nivel de consumo que teníamos antes de que comenzara la crisis". "Estamos demasiado acostumbrados a usar y tirar, lo que hace que utilizar ropa que han llevado otros se relacione con la caridad", añadió Iñiguez. En Kambalache se pueden encontrar desde faldas y camisetas a tres euros o pantalones a dos hasta ropa de marca como Levis por quince. "Lo que puede subir un poco más de precio son las prendas de cuero", señaló el responsable.

En este campo, la especialización ha sido un factor muy importante para mantenerse, debido a la proliferación de comercios de compraventa. Este es el caso de Pulgarcito Segunda Mano, que empezaron vendiendo productos para recién nacidos en Vizcaya pero desde hace cinco años y medio están en la calle Lapurbide de Ansoain. Susana Jiménez Galván, dueña de la tienda en Pamplona, asegura que "lo que más ha aumentado con la crisis es la venta de particulares pero no ha sufrido el mismo crecimiento la demanda". Por eso han optado por establecer una lista de espera, donde "la gente que quiere vender pide cita previa y explica en qué consiste lo que ofrece". Para pedir esta cita se puede "llamar o mandar un mail explicando el listado de productos que tiene, si es con fotografía mejor, y después dependiendo del tipo de elementos que la gente quiera, se les propone la compra", indicó Jiménez. Dentro de la especialización que ya supone dedicarse en exclusiva a materiales dirigidos a bebes, esta tienda también ha apostado por ofrecer productos centrados en gemelos, donde mezclan la oferta de elementos de segunda mano con otros de primera, ya que "se solicitan mucho". En este sentido, el negocio también se ha adaptado a las exigencias del mercado, por eso prefieren ofertar "más complemento para sillas o cochecitos que equipos completos". Esto ocurre debido a que "mucha gente recibe préstamos de amigos y vecinos, pero les faltan piezas o recambios. Lo que tienen que tener en cuenta es que aquello que quieran utilizar cumpla la normativa actual". En el caso de la tienda si les llegan "productos antiguos, de hace diez o quince años, que muchas veces no cumplen la normativa, no los podemos comprar".

Además de solo comprar aquello que esté en regla, las tiendas de segunda mano deben tener otra serie de garantías. En el caso de la ropa, Aritz Iñiguez indicó que "la gente tiene que saber que todo lo que se vende cuenta con el justificante de desinfección". Por su parte, Pulgarcito Segunda Mano al tener materiales que pueden fallar como los carritos o las sillas, ofrecen a los "clientes un servicio técnico posventa" y poseen información completa del origen de los productos, "es importante saber la vida de aquellos a los que vas a comprar, estar informado de donde vienen y qué uso se ha hecho del artículo". A esto hay que sumar las revisiones que se les hace a todo lo que se compra, "una principal, similar a todos, y otra más exhaustiva para cada elemento". "Gracias a las garantía que les ofrecemos, la gente prefiere acercarse hasta la tienda, en vez de comprarlo directamente a un particular", concluyó la dueña de Pulgarcito Segunda Mano.

portales Aparte de tiendas, el intermediario puede ser también un portal online o una plataforma que relaciones a vendedores y clientes ofreciendo un lugar para encontrarse. Bajo este planteamiento nació la red Dciudad, un portal de anuncios que se ha trasladado a cada comunidad autónoma. El responsable en Pamplona, Luis Madruga, explicó que "el portal ofrece artículos muy variados, que pueden ir desde películas, muebles, mascotas hasta coches o pisos", creando un catálogo de artículos que incluya tanto los elementos típicos que se venden en las tiendas de segunda mano hasta los que son propios de grandes superficies o inmobiliarias. "Registrar el producto en la red es totalmente gratis" pero existe otras maneras de publicitarlo de forma más atractiva que son de pago, mediante "banners o anuncios en los laterales de la web". Estas zonas "también se ofrecen a empresas para que anuncien sus productos", lo que les ha servido para financiar en parte la empresa. La venta online se mezcla con la venta directa al público en Toca Teja, una de la tiendas más veteranas de segunda mano de Pamplona y en la que se puede comprar tanto en el comercio situado en la calle Paulino Caballero como en su página web.

Desde 1991, en Navarra la Fundación Traperos de Emaús ha destacado por la reutilización de productos muy variados como muebles nuevos y antiguos, electrodomésticos, ropa, libros o juguetes. Estos artículos se pueden adquirir en las trapería que tiene la fundación en la calle Artica, Gayarre y en la Río Arga. Gracias a estas incitativas se consigue crear una conciencia tanto en el tema de la reutilización como en el del consumismo, para demostrar que son muchos los productos a los que se les puede dar una segunda oportunidad.