PAMPLONA. En conferencia de prensa tras la sesión semanal de Gobierno, la consejera de Salud, Marta Vera, ha explicado que la medida, a la que se destinan 13,1 millones de euros hasta 2016, supondrá la construcción de dos edificios que albergarán sendas unidades de hospitalización de media y larga estancia y un área de programas ambulatorios, servicios dirigidos a pacientes adultos con trastornos mentales graves.

Estas futuras unidades de media y larga estancia, junto con la existente clínica de rehabilitación, configurarán el área de hospitalización de la Dirección de Salud Mental, lo que resuelve una carencia histórica de la Comunidad Foral, y supone la desaparición definitiva del "residuo manicomial" que fue este edificio.

Los nuevos servicios de hospitalización permitirán diseñar un circuito asistencial de carácter integral para personas con trastornos mentales graves, tendrá una capacidad para atender entre 300 y 400 pacientes al año, y dispondrá de 80 camas en total: 30 de larga estancia, 30 de media estancia y 20 de la clínica de rehabilitación.

La nueva área de programas comunitarios albergará cinco tipos de programas de tratamientos ambulatorios, tres de los cuales serán de nueva implantación: primeros episodios psicóticos, asertivo comunitario y diagnóstico y terapéutico de pacientes complejos.

En su conjunto, estos servicios dispondrán de 64 profesionales, que serán 5 psiquiatras, 5 psicólogos clínicos, 20 enfermeras, 2 jefaturas de unidad de enfermería, 3 terapeutas ocupacionales, 2 trabajadoras sociales, 25 auxiliares de enfermería, 1 celador y 1 auxiliar administrativo.

En una nota, el Ejecutivo foral ha recordado que la reforma psiquiátrica del año 1987 supuso un cambio de paradigma en la asistencia a las personas con enfermedad mental, pasando esta de pivotar en el hospital psiquiátrico a los centros de salud mental comunitarios.

Sin embargo, esta reforma no contempló la planificación de servicios intermedios de hospitalización alternativos a los puramente residenciales, de forma que Navarra no dispone en la actualidad de servicios públicos de hospitalización de media y larga estancia para personas con enfermedades mentales graves que configuren un circuito asistencial integral y a su vez integrado con otros servicios comunitarios de la red de salud mental (RSM).

Para cubrir estas carencias, el SNS concertó en los años 90 la hospitalización de media estancia (ingreso de hasta 6 meses) con la Clínica Psiquiátrica Padre Menni, aunque con la construcción de los nuevos servicios, está previsto que el SNS asuma directamente la asistencia de los pacientes que requieran este servicio.

Los nuevos servicios de hospitalización se caracterizarán por tener una orientación sanitaria y rehabilitadora, y por lo tanto, no finalista ni residencial.

Los pacientes tendrán una atención especializada en salud mental: tratamientos psiquiátricos y psicológicos, cuidados de enfermería, rehabilitación psíquica, física, psicosocial y ocupacional; todos ellos orientados a la reintegración de las personas con las enfermedades mentales más graves en la comunidad con el máximo grado de remisión clínica y calidad de vida posibles.

Están dirigidos al tratamiento del segmento de pacientes adultos con los trastornos mentales más graves que requieran hospitalización más prolongada de la que se presta en las unidades de agudos del CHN y Reina Sofía.

Las enfermedades a las que están dirigidos los nuevos servicios de hospitalización incluyen esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, trastornos afectivos graves (depresión y trastorno bipolar), trastornos de la personalidad graves, y drogodependencias con enfermedad mental grave asociada, ha señalado la consejera.

La Red de Salud Mental de Navarra atiende a 19.809 pacientes, 18.570 adultos, y de ellos, con enfermedades mentales graves, 6.015, y en conjunto, un 13,5 % de los pacientes con enfermedades graves y un 8 % de todos los pacientes de la red se beneficiaran de los nuevos servicios.

El SNS destaca el avance cualitativo en la atención, ya que los beneficiarios representan el segmento de población con las enfermedades mentales más graves y, por lo tanto, más necesitados de recursos que actualmente no se disponen.