pamplona. "Trabajamos bajo mínimos". Así de contundente valora Javier Landivar, responsable del área de Socorrismo de Cruz Roja Navarra, el control que sobre los bañistas realizan las administraciones y comunidades encargadas de la gestión de las 497 instalaciones de verano y 38 piscinas cubiertas que existen en Navarra. En lo que va de mes han muerto ahogadas al menos 18 personas en piscinas, ríos o mares en el Estado; y en Navarra la última víctima fue un niño de 13 años en Ribaforada. La ola de calor que azota estos días la mayor parte del país, con temperaturas máximas que ayer superaron los 36 grados centígrados, hace que muchos busquen alivio y frescor con un baño en la piscina.

Para poder atender con seguridad plena los tres turnos (mañana, tarde y fines de semana) y atendiendo a una cobertura "básica" de entre dos y tres socorristas por piscina, sería necesario contar al menos con 1.400 contrataciones para el verano. La realidad es que para esta temporada se cuenta con un grupo de entre 600 y 700 personas, admite Landivar. En las piscinas cubiertas, en cambio, se mantiene la cifra de unas 110 contrataciones con una vigilancia "correcta" durante todo el año. En las de verano la cosa cambia. El año pasado fueron también entorno a 700 contrataciones, un 33% menos que las 1.052 registradas, a su vez, en 2011. "Hay que tener en cuenta que hay piscinas grandes como Burlada o Aranzadi que pueden alcanzar los 6.000 usuarios de pico lo,que significa tener entre 300 y 500 personas en el agua. Si en piscinas grandes solo cuentas con un socorrista, aunque haga lo que puede, no da abasto. Porque si tiene que hacer una cura por una caída es muy complicado vigilar el resto del vaso. En muchos casos se pueden evitar ahogamientos pero la cobertura podría ser mejor", agrega. Para recortar gastos, ayuntamientos y entidades privadas (clubs deportivos y agrupaciones de más de 20 viviendas con piscinas) han decidido acortar en los dos últimos años la temporada de baño (del 1 de julio al 31 de agosto, por ejemplo, en lugar de comenzar el 15 de junio para acabar el 15 de septiembre). En otros casos, reducen el horario de apertura, que se limita de once a ocho o siete de la tarde...

A su juicio, la implicación de la administración es clave: "Es el caso de Burlada, donde empresa, Ayuntamiento y Patronato de Deportes trabajan al unísono por la prevención, y cuentan con tres personas en enfermería, además de los tres socorristas por turno, con dos desfibriladores y equipos de oxígeno...".

En principio la ley estatal dice que es necesario solo un efectivo por cada 1.000m2 de lámina de agua, de tal modo que muchas instalaciones se ajustan a lo que marca la ley en lugar de mejorar estos mínimos para "mejorar la seguridad". En Navarra, la normativa foral establece una persona capacitada en horario de apertura en las proximidades del vaso. "Lo que ocurre es que desde el Gobierno foral y Salud Pública se recomienda a través de inspecciones las necesidades que puede haber. Si hay, por ejemplo, una piscina recreativa y el socorrista no tiene una visión completa de lo que ocurre aconseja que haya tres socorristas por turno y un vigilante por cada atracción. "En años anteriores se iba a equipos de cuatro socorristas y ahora se va a lo que marca la ley", refrenda. Vigilantes que, por otro lado, antes eran socorristas y ahora chavales a los que pagan una miseria", refrenda.

Algunos clubes privados sí contratan directamente a sus socorristas, pero generalmente optan por externalizar este servicio y contratar a una empresa deportiva que se encarga de la gestión, lo que a su vez ofrece "mayores garantías". La mayoría de los socorristas se preparan en Cruz Roja, que desde el año pasado ofrece formación reglada mediante cursos donde se obtienen certificados profesionales (como una FP) para titularse en socorrista de instalaciones acuáticas (370 horas), principalmente piscinas, o en espacios acuáticos naturales (420 horas) como playas, embalses y pantanos. La demanda de estos cursos es cada vez mayor "porque tienen una salida profesional". El año pasado obtuvieron el título 40 personas, que se suman a las 200 que participaron en el curso de socorrismo en piscinas (80 horas) y acuático (200 horas) que oferta Cruz Roja, ambos están homologados por el Gobierno.

no son monitores "La labor del socorrista no es vigilar a los niños, no son monitores de ocio. Eso es responsabilidad del padre o tutor. El socorrista está para prevenir y actuar", recalca Landivar. "Son gente profesional que gana 1.200 euros para subsistir, con un nivel de responsabilidad muy alto, que están muy preparados "en rescate, primeros auxilios, apoyo psicológico y legal...". "La mayoría son mayores de 25 años y algunos han estudiado, trabajado y estaban en el paro. Ya no estamos hablando del estudiante que toma el sol en verano...", expone. Destaca también que en algunas piscinas los menores de 14 años no pueden entrar por la puerta si no están acompañados. "En realidad la Administración debería implicarse más y prohibir la entrada a menores de 12 años que no vayan con adultos, y que no dependa de las normas de cada instalación", refrenda. El Ejecutivo inspeccionó el año pasado 260 instalaciones y abrió 47 expedientes sancionadores, la mayoría por cuestiones técnicas. Este año se vigilarán 497 piscinas y 223 instalaciones.