león. Trabajadores y vecinos de las cuencas mineras de toda España se concentraron ayer durante la primera de las dos jornadas de huelga convocadas por los sindicatos para expresar su duelo y solidaridad con las familias de los seis mineros fallecidos ayer en el accidente en el pozo Emilio del Valle (León). En Castilla y León, donde la minería se paralizó, la mirada estuvo puesta, además de en los fallecidos, en la evolución favorable de los cinco heridos, uno de ellos con pronóstico grave.
Cientos de personas se movilizaron a mediodía en los tres municipios mayores de la provincia leonesa (León, Ponferrada y San Andrés del Rabanedo), cuyos vecinos se sumaron a la concentración convocada en Pola de Gordón, donde está ubicada la mina de interior en la que ayer se produjo un escape de gas por el que fallecieron seis personas.
En Pola de Gordón se celebró la concentración más numerosa, a la que asistieron varios cientos de personas, y en la que se guardaron seis minutos de silencio, uno por cada fallecido.
el alta En el hospital de León, están ingresados cinco mineros, uno de ellos en la UCI con pronóstico grave, sedado y con ventilación mecánica, mientras que los otros cuatro, "si todo va bien", podrían ser dados de alta en los próximos días, explicó ayer el gerente del centro hospitalario, Juan Luis Burón, que detalló el parte de los heridos. Todos sufren síntomas de intoxicación por gas metano, a cuatro de ellos no les quedará secuela física alguna, según el gerente, que no ha aventurado nada sobre el herido más grave, salvo que los profesionales "están esperanzados de que tenga una evolución favorable". En cuanto a los seis mineros fallecidos, el informe forense provisional señala que murieron por una "posible anoxia oxipriva, pendiente de determinar", es decir, asfixiados por ausencia de oxígeno, según dio a conocer ayer el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCYL).
A la mina en la que se produjo el accidente de momento no se pudo entrar, ya que "el gas continúa saliendo" y no se podrá acceder hasta que "la atmósfera esté limpia", según el secretario del Comité de Empresa de Hullera Vasco Leonesa, José Antonio Colinas. Respecto a las medidas de seguridad, Colinas aseguró que la empresa "no suele escatimar", y explicó que cada trabajador lleva un autorrespirador, y ponerlo en la boca cuesta cerca de diez segundos. Además hay unos aparatos de medida sensibles que detectan la presencia de gas metano, pero "lo que salió ayer fue una cantidad tan brutal" que al parecer no dio ni tiempo a usar ninguno de estos mecanismos, aseguró.