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En torno al 90% de las 2.536 muestras de agua de consumo analizadas en 2015 eran aptas

Este año Salud Pública prevé realizar más de 1.500 controles rutinarios en todas las poblaciones con más de 10 habitantes, a los que hay que sumar las campañas especiales y otras inspecciones

En torno al 90% de las 2.536 muestras de agua de consumo analizadas en 2015 eran aptasOSKAR MONTERO

pamplona - El Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN) analizará este año más de 1.500 muestras de agua tomadas en las localidades con más de 10 habitantes para asegurar su calidad, cuando la legislación estatal solo obliga a realizar estos controles en poblaciones que superen los 50 residentes, e intensificarán estos muestreos programados con carácter general según el historial de los resultados de controles realizados en años anteriores o por otras informaciones que se puedan disponer, informó ayer el Gobierno foral.

Así, en 2015 la autoridad sanitaria analizó 2.536 muestras de aguas de consumo humano, incluyendo campañas específicas de determinados parámetros químicos de especial control, lo que supuso un incremento de un 55,49% respecto de la actividad del año 2014. Un aumento que, desde la sección de Sanidad Ambiental del citado instituto, achacaron “a la puesta en marcha de campañas especiales de control de parámetros no rutinarios (herbicidas, trihalometanos, metales especiales) y al incremento de personal de desarrollo y coordinación”. En cuanto a los resultados, indicaron que el 90% suelen ser aptas para consumo y un 10% no aptas. No obstante, aseguraron que el agua es de “buena calidad en general” y que trabajan para “corregir este reducido número de incumplimientos, que se produce con mayor frecuencia en entidades locales muy pequeñas -que no están mancomunadas- con problemas para la gestión del agua”, al disponer de menos medios, si bien hay otro grupo de resultados no aptos que corresponden a controles realizados en aguas en origen, antes del tratamiento, y utilizadas para producir agua potable, pero no se trata de aguas directamente a disposición del consumidor. Al respecto, cabe apuntar que no todas las aguas no aptas entrañan un riesgo sanitario. Cuando no es apta por un parámetro de aceptabilidad (por ejemplo, que tenga 700 microgramos por litro de hierro), no hay un riesgo. Todas las muestras las procesa el laboratorio de Salud Pública de la calle Leyre de Pamplona, donde el año pasado realizaron 59.397 determinaciones analíticas.

si hay un incumplimiento En el caso de detectarse una situación de riesgo en la calidad del agua, Salud Pública requiere, en primer lugar, al ayuntamiento o mancomunidad implicados la corrección urgente de esta circunstancia. Asimismo, personal del instituto se desplaza urgentemente a la zona para obtener una muestra de confirmación, investigar y corregir las posibles causas, e informar a la población sobre las medidas preventivas, en caso de ser necesario. Así se desprende del plan de vigilancia y control sanitario de las aguas de consumo humano elaborado por el Gobierno foral para 2016 con el fin de asegurar que el abastecimiento de agua de consumo humano, que es un servicio de competencia municipal, se hace en condiciones de calidad y cantidad.

Un plan que tiene 8 ejes de actuación, siendo el primero los 1.500 controles rutinarios para supervisar la calidad microbiológica y físico-química, pero también incluye campañas de control de parámetros especiales, no incluidas en esos análisis tipo, donde analizan especialmente los restos de productos usados en actividades agrícolas, como los herbicidas; los subproductos de desinfección con efectos negativos en salud, como los trihalometanos, cloritos, cloratos y bromatos; y los metales de importancia toxicológica, como aluminio, arsénico, cadmio, hierro, mercurio manganeso, níquel, plomo y antimonio. El resto de ejes contemplan inspecciones (a sistemas de abastecimiento, instalaciones...), revisiones, etc.

En los controles de calidad del agua, que también se efectúan en las industrias alimentarias, se evalúa su calidad física, química y microbiológica y la eficacia de la desinfección. El plan, como explicaron, también recoge actuaciones encaminadas a establecer los criterios que deben regir la gestión del suministro de aguas de consumo humano para minimizar los riesgos a las personas usuarias, a evaluar las condiciones sanitarias de los sistemas de suministro, y a continuar promoviendo la implantación de protocolos y programas de autocontrol que deben realizar las entidades gestoras del suministro de este agua: consistorios y mancomunidades.

¿Qué es agua de consumo humano? Son las aguas utilizadas para beber, cocinar, preparar alimentos, higiene personal y otros usos domésticos, así como las usadas en la industria alimentaria.

Enfermedades. Garantizar la inocuidad del agua de consumo humano es importante para la salud pública porque, aunque en nuestro entorno no sea común, el agua contaminada puede causar numerosas enfermedades, siendo la más frecuente la gastroenteritis, de mayor o menor gravedad, y que puede afectar de forma más acusada a niños, ancianos o personas con otras patologías. También puede causar otras enfermedades infecciosas graves, como cólera, disentería, fiebres tifoideas o hepatitis A. Algunos contaminantes físico-químicos pueden causar daños a la salud a más largo plazo.

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Cada navarro consume de media 112 litros de agua al día en el hogar.