PAMPLONA. “Después de muchos años de silencio y de intentos fallidos no hemos podido recuperar sus cuerpos, pero al menos sí su memoria. Y nuestro compromiso es que su recuerdo y ejemplo se transmita ahora de generación en generación porque mi abuelo fue ídolo para mí. Aunque resulte chocante, me siento de alguna manera afortunada: prefiero que lo mataran por estar en esa parte que con los otros”. Las palabras de Amelia Resano -de 65 años y a su vez ya abuela- encarnan en gran parte las sensaciones y sentimientos vividos ayer en un sencillo pero emotivo acto a orillas del río Ega a su paso por Zúñiga. Allí se inauguró un monolito con los nombres de los seis lodosanos que fueron fusilados en este enclave (sólo una parte de los 131 asesinados de la localidad en el 36, según detalló el alcalde Pablo Azcona), aunque sus cuerpos no han podido ser encontrados. En el lugar se dieron cita además la plana mayor del departamento del departamento de Relaciones Ciudadanas e Institucionales así como representantes municipales y parlamentarios de un amplio espectro político. Las asociaciones de la Memoria Histórica también acudieron invitada por el colectivo promotor del homenaje (Gurugú), que ha contado con estrecha colaboración de las corporaciones de Lodosa y Zúñiga.
El acto tuvo lugar a las 11 horas en el lugar conocido como el “Humilladero” de Artijas, junto a un puente del río Ega a su paso por Zúñiga. Hasta esta localidad estellesa transportaron los fascistas del 36 a un grupo de lodosarras cuyo único delito había sido trabajar por su pueblo y comprometerse por los valores de la II República. Tanto los falangistas como los requetés tenían por costumbre enviar escuadrones de la muerte de otros pueblos para cometer las tropelías (previa delación de vecinos) por aquello de que eran desconocidos y buscar lugares apartados para los fusilamientos. Así se explica que estos seis lodosanos, según diversos testimonios acreditados, fuera acribillados a tantos kilómetros de su localidad natal. En este enclave han sido buscados en numerosas ocasiones por familiares y técnicos, pero en vano. Es posible que la carretera cubriera las tumbas o que el propio río, en las sucesivas crecidas, se los llevará aguas abajo. El caso es que la asociación cultural Gurugú, en compañía de otros colectivos memorialistas y el ayuntamiento, optó por erigir un monolito (realizado por Txema Pérez) de recuerdo pero que al menos sus nombres quedaran para el recuerdo y los seres queridos tuvieran un punto en el que reencontrase con su memoria. Así construyeron un modesto monumento con una placa en la que, desde ayer, figuran los nombres de Valentín Blasco Alberdin, Antonio Esparza Muro, Tiburcio Pastor Fernández, Eloy Resano Caparroso, Juan Sanz Preciado y Félix Vergara Rodríguez. Héroes hasta ahora casi anónimos.
Pablo azcona “Lodosa fue la 2ª localidad con más fusilados tras Pamplona”
El alcalde de Lodosa, Pablo Azcona, participó en un acto con el que el consistorio se mostró especialmente activo en colaboración con su homólogo de Zúñiga, Pedro Oteiza. Azcona, en su intervención, recordó que en su día Lodosa aprobó por unanimidad una declaración en recuerdo de los 131 vecinos fusilados en la guerra civil y reiteró un llamamiento por el “reconocimiento y la reparación de la memoria como base para la convivencia”. Azcona destacó que entre los seis homenajeados ayer se encontraba un concejal, Eloy Resano, y un alcalde, Tiburcio Pastor. Lodosa invitó a todos los alcaldes. Entre ellos se vio al de Noáin.
ana ollo “verdad, reparación y justicia para una sociedad más justa”
La consejera de Relaciones Ciudadanas e Institucionales, Ana Ollo, acudió al acto acompaña de su director general de Paz, Convivencia y Derechos Humanos (Álvaro Baraibar) y de José Miguel Gastón, del mismo departamento. Ana Ollo resaltó la importancia de la colaboración entre las instituciones y los colectivos de familiares sobre el convencimiento de que la “verdad, la justicia y la reparación debida a las víctimas” es el único camino hacia una “sociedad más justa”. En este sentido subrayó la importancia “simbólica” del monolito justo cuando se cumplen 80 años del golpe de Estado del 36.
amelia resano “Ni callar ni olvidar: transmitir”
Amelia Resano, que leyó una poesía, reúne en su perfil una serie de circunstancias que le dieron protagonismo. Actual pareja de Benito Salvatierra (asociación Gurugú) y nieta de Eloy Resano (concejal y músico fusilado) , estuvo acompañada en el acto de sus hijos y nietos por lo que en Zúñiga se dieron cita hasta cinco generaciones que no están dispuestas a “callar ni a olvidar” después de que su padre y sus tíos intentaran en vano durante años encontrar los restos. Amelia, recogiendo los sentimientos de otros familiares que acudieron e intervinieron, expresó la sensación reconfortante, de emoción y de satisfacción por haber sido capaces de instalar el monolito y generar el ambiente vivido ayer.
Un amplio abanico. En el acto también participaron parlamentarios o cargos de varias formaciones como Satrústegi y Aleman, de Geroa Bai; Ruiz y Anaut, de EH Bildu; Iñaki Iriarte, de UPN; Ezeolaza, de I-E, entre otros.