PAMPLONA - El crimen machista de Burlada se desencadenó a raíz de una discusión por la contratación de un viaje realizada por el autor confeso, el pamplonés Francisco Javier Nieto Jiménez, de 50 años, que no fue del agrado de su pareja, Blanca Esther Marqués Andrés, de 48 años, ya que tenían otro viaje programado en las mismas fechas. El enfrentamiento fue subiendo de tono hasta que su pareja le ordenó que se marchara de casa, lo que motivó la violenta reacción del acusado. “Cuando iba a abrir la puerta para echarme, la agarré del brazo, la cogí del cuello, apreté y caímos al suelo los dos. No sé qué me pasó, no sé por qué lo hice”, declaró ayer en sede judicial el autor confeso del crimen.

Francisco Javier Nieto compareció ante la titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Pamplona, que decretó su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza imputado por un delito de homicidio, cuya pena oscila entre los 10 y los 15 años de prisión. Dicha calificación es preliminar y podrá variar durante la instrucción de la causa, pudiendo elevarse hasta el delito de asesinato, penado con entre 15 y 20 años de prisión, si existieran, por ejemplo, indicios de alevosía, es decir, de que el acusado se aseguró de no correr ningún riesgo que pudiera provenir de una reacción defensiva por parte de la víctima.

El hombre, natural de Pamplona, fue puesto ayer a las 14.00 horas a disposición judicial después de haber permanecido detenido en dependencias de la Policía Nacional desde que el lunes por la mañana confesara haber estrangulado a su pareja y arrojado su cuerpo al río, sin que por el momento haya sido localizado. Afeitado y vestido con un chandal, un anorak y unas botas de monte, el autor confeso del crimen declaró durante 40 minutos y contó su versión de los hechos con tono sereno ante la magistrada, el fiscal, el abogado de la acusación particular que ejerce la familia de la víctima y su propia abogada.

Durante su declaración el hombre relató que el sábado por la mañana estuvo con la víctima tomando el aperitivo en Mendillorri, donde ya se suscitó la discusión por la contratación de un viaje a las Islas Azores que había hecho el propio acusado por su cuenta y con el que ella mostró su desacuerdo. La misma disputa se reprodujo posteriormente, sobre las 16.30 horas ya en el domicilio de ella, situado en la calle de las Maestras de Burlada, donde ambos convivían desde hacía aproximadamente un año.

En ese contexto, según expuso el acusado, la mujer mostró su disconformidad con el gasto y le reprochó ser un “mantenido”, ya que actualmente se encontraba desempleado, mientras que ella trabajaba como administrativa en el Departamento de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra. El enfrentamiento fue agravándose hasta que la mujer le dijo que se marchara de casa y “durmiera en un cajero si hacía falta”, momento en el que ella también se dirigió por el pasillo hacia la entrada. A continuación, según explicó el acusado, la agarró por detrás, ambos cayeron al suelo, y apretó hasta que la asfixió. “No sé por qué lo hice”, declaró.

12 horas después El hombre, que aseguró haber bebido en las horas previas, salió de la vivienda para dirigirse a casa de su madre y no regresó a Burlada hasta la medianoche. Sobre las 5.00 horas decidió envolver el cuerpo de su pareja en una manta y bajarla al portal, donde la dejó hasta que acercó el coche y lo estacionó en doble fila. En el momento que la metía en el turismo, una vecina le vio.

Después condujo hasta Arre, donde aparcó el coche y arrojó el cuerpo al río Ultzama desde un lateral del puente, junto con el bolso en el que portaba sus pertenencias personales, incluidos dos móviles. Posteriormente regresó a la vivienda de Burlada a descansar y, aunque recibió varios mensajes de amigos que les invitaban a tomar algo, fue solo a tomar un café. Por la tarde estuvo viendo el partido de Osasuna en un bar.

Además, señaló que contactó por WhatsApp con su exmujer, con la que está en trámites de divorcio, y le insinuó que había hecho algo que debía contarle, por lo que se trasladó hasta su domicilio y le confesó lo ocurrido. La mujer le animó entonces a entregarse a la policía, algo que hizo a la mañana siguiente.

Tras la declaración, el fiscal y la acusación particular pidieron el encarcelamiento de Nieto, mientras que su defensa pidió la puesta en libertad. La juez acordó la prisión provisional por entender que existen “indicios de prueba que dan veracidad a su relato”, valorar que carece de trabajo en este momento y que convivía únicamente con la fallecida, lo que incrementa el riesgo de fuga. Asimismo, aludió al riesgo de que destruya pruebas y a la “alarma social”.