Pamplona - El Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea refuerza su apuesta por la atención integral a los casos más graves de obesidad con la implantación de la cirugía bariátrica, una técnica multidisciplinar y personalizada que se establece como el único tratamiento eficaz en algunos casos. Desde enero de este año, el CHN trabaja como unidad acreditada en este tratamiento y ha realizado dos intervenciones, aunque entre mayo y diciembre del 2013 ya realizó otras 13 cirugías tutorizadas por un experto dentro de la fase de formación del personal médico.

La cirugía bariátrica se basa en la reducción del tamaño del estómago o la limitación de la capacidad del intestino para absorber nutrientes y precisa por parte del paciente de un cambio en sus hábitos de vida. Por este motivo cobra gran importancia la fase preparatoria y el seguimiento posterior, que en muchos casos es de carácter indefinido.

Se trata de un procedimiento quirúrgico personalizado en función del índice de masa corporal (IMC) del paciente, sus comorbilidades asociadas, el tipo de obesidad, tratamientos farmacológicos activos, diagnóstico de enfermedades intestinales y factores psicosociales. Conociendo todos estas variables, se decide el tipo de intervención más adecuado para cada persona.

Según explicó la jefa de la unidad clínica de Cirugía Esofagogástrica, Coro Miranda, la implantación de esta técnica surge de la necesidad de que abordar la obesidad, un problema de salud crónico que condiciona la esperanza de vida y presenta una alta incidencia. “Podíamos aportar un beneficio real a los pacientes y teníamos los recursos técnicos suficientes para poder afrontar esta técnica con criterios de calidad y seguridad”, aseguró aludiendo a que en el CHN ya se realizaban intervenciones laparoscópicas, las cuales pueden emplearse en todas las variantes de esta técnica.

Por sí sola la intervención quirúrgica no es suficiente. La doctora Miranda señaló que “muchos pacientes llegan confundidos, pensando que tras la cirugía podrán comer lo que quieran sin engordar”, pero para que esta sea eficaz es necesario un cambio en su estilo de vida.

Para asegurarse de que el compromiso sea verdadero, explicó la médico adjunto de Endocrinología y Nutrición, Ana Zugasti, es muy importante la fase preparatoria para la intervención. Aquí se realiza una valoración clínica y dietética, se ofrece una propuesta dietética individualizada, un plan de ejercicio y se intensifica el tratamiento de las comorbilidades. “Establecemos un seguimiento aproximado de un año en el que confirmamos la adhesión del paciente al plan propuesto y su compromiso, lo que va a asegurar un éxito a largo plazo”, indicó, añadiendo que también se busca conseguir una pérdida de peso previa del 10% para acelerar su recuperación y disminuir la posibilidad de complicaciones.

Ana Zugasti indicó que este proceso está indicado en pacientes con obesidad mórbida, con un IMC superior a 40 kg/m2 mantenido más de tres años, en quienes el tratamiento médico no ha dado resultados satisfactorios tras al menos un año de aplicación reglada y con buena adherencia del paciente. También se indica para pacientes con una obesidad severa, que presentan un IMC de entre 35 y 40 kg/m2 y presenta dos comorbilidades secundarias a la obesidad como síndrome de apnea del sueño, hipertensión arterial, dislipemia, diabetes mellitus o osteoartropatía severa, entre otras, las cuales limitan su vida y son susceptibles de mejorar con la pérdida de peso.

El proceso está contraindicado en aquellos pacientes con incapacidad de comprensión y asimilación suficiente sobre los tratamientos que se le van a realizar. Así mismo, tampoco es adecuado para pacientes con patologías orgánicas, patologías psiquiátricas graves no controladas, alcoholismo o adicción activa a drogas o riesgo quirúrgico o anestésico no asumible.

Existen tres tipos de intervenciones bariátricas: las restrictivas, que buscan disminuir el tamaño del estómago; las derivativas, en las que se reduce la proporción de intestino que absorba los alimentos; y las más habituales, las mixtas, en las que se combinan la restricción gástrica con alguna técnica que reduce la capacidad intestinal de absorber ciertas sustancias. Según explicó Coro Miranda, todas estas técnicas pueden realizarse mediante laparoscopia, una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que favorece una recuperación más rápida y reduce el riesgo de complicaciones.

Formación del equipo La incorporación de la cirugía bariátrica a la cartera de servicios del CHN es resultado de un proceso de formación y acreditación impulsado por el área de Cirugía General en 2015 y que se ha extendido durante dos años hasta conseguir la certificación de la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad (SECO).

El director del área clínica de Cirugía el Dr. Miguel Ángel Ciga, apuntó que para conseguir esta acreditación los profesionales médicos han realizado una formación teórica sobre la obesidad, sus consecuencias y el conocimiento profundo de las técnicas quirúrgicas, así como la resolución de complicaciones y práctica centrada en la adquisición de habilidades laparoscópicas mediante el entrenamiento de técnicas quirúrgicas en simuladores. Así mismo, el equipo médico asistió a intervenciones por laparoscopia en directo realizadas por personal experto de otros centros hospitalarios junto con un entrenamiento experimental y realizó una estancia formativa en el Hospital de Basurto de Vizcaya, centro que cuenta con más de cinco años de experiencia y más de 200 pacientes atendidos mediante esta técnica. La última fase de la formación, iniciada en 2017, conllevó la instauración de este tipo de intervenciones en el CHN, siempre tutorizadas por un experto designado por la SECO y con la elaboración de un protocolo de tratamiento y el desarrollo de un equipo multidisciplinar.

El doctor Ciga subrayó que, aunque la consecución de la certificación se centra en los aspectos quirúrgicos, la instauración de esta nueva técnica supone también un reto para el resto de profesionales que intervienen de él. Por ello, los integrantes del equipo de enfermeras, auxiliares, técnico superior en Dietética y celadores también recibieron formación sobre cuidados y manejo de pacientes sometidos a tratamientos con cirugía bariátrica en el Hospital Universitario de Araba.

La técnica. La intervención quirúrgica consiste en la reducción del tamaño del estómago o en la limitación de la capacidad del intestino para absorber ciertos nutrientes, pero viene acompañada de un trabajo multidisciplinar previo y posterior a la operación.A quién está dirigida. Está indicada para pacientes con un índice de masa corporal (IMC) superior a 40 kg/m2 mantenido más de 3 años, en quienes el tratamiento médico no ha dado resultados satisfactorios tras al menos un año de aplicación y con buena adherencia del paciente. También se indica para pacientes con IMC de entre 35 y 40 kg/m2 que presenten dos comorbilidades secundarias a la obesidad que limitan su vida diaria y que son susceptibles de mejorar con la pérdida de peso.

Compromiso del paciente. Por sí sola la operación no es la solución, requiere cambios en el estilo de vida. Por ello, es imprescindible que los pacientes que se sometan a ella estén comprometidos a adquirir estos cambios.

22%

Los últimos datos de la Encuesta Nutricional de la Población Española, referidos a 2014 y 2015, señalan que la prevalencia de la obesidad global estimada es del 21,6%.