Un estudio publicado en la revista Natural Hazards and Earth System Sciences muestra que si las emisiones no se redujeran, los períodos sin precipitaciones en verano en los Pirineos a finales de siglo durarían de media cinco días más y se verían acompañados de un aumento de la temperatura de 6ºC por encima de las de ahora.

Los resultados del estudio, que ha sido llevado a cabo por un equipo de la Universidad de Barcelona, muestran que en un escenario intermedio, en el que se consiguiera limitar estas emisiones de efecto invernadero que aceleran el cambio climático, no habría un aumento de rachas secas de larga duración, pero sí de la temperatura durante estos periodos.

La investigación ha analizado por primera vez cómo podrían ser en el futuro los periodos secos y cálidos en el área de los Pirineos según diferentes escenarios de emisiones de gases de efecto invernadero.

Según los autores, los resultados de no reducirse las emisiones supondrían "un aumento potencial de los riesgos ambientales, tales como incendios forestales, graves pérdidas de rendimientos de cultivos, efectos negativos sobre la biodiversidad o sobre los recursos hídricos, etc.".

La investigación ha analizado, por un lado, si la duración de los días consecutivos sin precipitación ha aumentado o aumentará en el futuro y, por otro, si cuando se produzcan estos periodos secos de larga duración, las temperaturas máximas serán más altas que hoy en día, siendo esta la primera vez que se estudian estas dos variables conjuntamente en el área de los Pirineos

El estudio ha partido de datos climáticos de las diversas partes de los Pirineos desde 1981 hasta 2015 y la información se ha obtenido gracias al trabajo realizado desde el Observatorio Pirenaico del Cambio Climático, que ha permitido recuperar una gran cantidad de series climáticas.

"Estos datos nos indican que, hasta hoy, el riesgo que conlleva la ocurrencia simultánea de rachas secas de larga duración y de temperaturas máximas extremas se ha visto incrementado por el aumento de uno de estos componentes: la temperatura, algo que ha sucedido de una manera similar tanto en primavera como en verano, y en todo el Pirineo en general ", ha destacado el climatólogo Lemus-Cánovas.

Según los investigadores, estos resultados subrayan la importancia de detener la tendencia al alza de emisión de gases de efecto invernadero: "Hemos visto que un escenario intermedio no es ideal, porque el aumento térmico es muy notable, pero un aumento drástico de la duración de los periodos secos y al mismo tiempo de las temperaturas extremas podría conducir a un escenario catastrófico, debido a las graves implicaciones que tendría en una zona muy frágil, donde el 59 % de la superficie está cubierta por bosques".

Lemus-Cánovas señala que este estudio debería dar "más argumentos para facilitar recursos públicos a los actores que se dedican a la gestión forestal y ecológica de los Pirineos, con el fin de adaptarla para el futuro en la medida que sea posible".