En el año 1984 Gerardo Jurío se cayó de un tejado trabajando. “Me pusieron trasfusiones. Por aquel entonces no se controlaba el tema de la hepatitis y, a raíz de eso, del accidente, me la cogí”, explica este vecino de Mutilva de 71 años, que refiere que “estuvo cinco años de baja, con muchos problemas”.

Donante de sangre desde que tenía 18 años, Gerardo fue consciente de la infección cuando acudió de nuevo a donar tras sobreponerse del accidente. “Me dijeron: tienes hepatitis. No había tenido nunca y, por eso, le pregunté: ¿Y eso?”. Entonces, recibió por respuesta: “Tú sabrás...”, a lo que este residente en el Valle de Aranguren le contestó: “No he hecho nada, lo único que he hecho es recibir sangre”. 

La infección, como relata, “fue aumentando y a los 20 años ya tenía una hepatitis fuerte”. Por ello, según prosigue, “me pusieron un tratamiento de interferón, que no hizo efecto, y cada tres meses tenía que estar pasando exámenes, para ver cómo iba el hígado. Llegó un momento que estaba muy mal y entonces salió el nuevo medicamento que tanto costó conseguirlo”.

El cambio

Se refiere a los antivirales de acción directa que se empezaron a utilizar en los años 2014 y 2015. “Probaron y la verdad que fenomenal”, afirma Gerardo, que reconoce que a pesar del miedo que pasó, porque pensaba que se “iba para el otro barrio,” “hoy en día gracias a ese medicamento moderno, que era tan caro, que hubo que luchar tanto allá en la residencia, estoy curado y ni me acuerdo de esto”. De hecho, asegura que ahora no toma ningún fármaco, ya que se encuentra “como antes”. 

"Gracias a ese medicamento moderno, que era tan caro, que hubo que luchar tanto en la residencia, estoy curado"

Gerardo Jurío - Paciente que ha superado una hepatitis

Tras agradecer el apoyo que le ha brindado la Asociación de Personas Trasplantadas y Enfermas Hepáticas de Navarra (Atehna), donde “me aconsejaron, me animaron y la verdad es que me han servido de mucha ayuda”, Gerardo Jurío considera “un milagro” su curación, si bien “cada año o dos años me llaman para mirarme cómo voy por si acaso”.

Y es que, sostiene, “esa medicación cambió totalmente mi vida, porque estaba adelgazando, depresivo... Me encontraba muy mal, tanto de estado anímico como físico, y la verdad es que el cambio fue total. Así que animo a cualquiera que tenga hepatitis a que se acerque a la asociación, que se deje aconsejar”, y que se trate. “A mí me ha funcionado”, concluye.