El espíritu aventurero del Crucero Universitario por el Mediterráneo de 1933 ha sido recuperado. A través de un viaje repleto de hazañas organizado por varios expertos, ha quedado plasmado un profundo sentimiento solidario y un “despertar” a la necesidad urgente de la sostenibilidad.

El planetario de Pamplona y el centro de esquí Larra Belagua recibieron el pasado martes al equipo del Proyecto Vuelta al Mundo. Se trata de un programa educativo y cultural que conmemora el quinto centenario de la expedición de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano. El proyecto está patrocinado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y se encuentra auspiciado por el Senado de España, la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), la Comisión V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo y la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI).

La propuesta consta de tres dimensiones: sostenible, solidaria y académica. La primera responde a la importancia de la buena convivencia entre el ser humano y el entorno. Así, se trabajan 17 objetivos de Desarrollo Sostenible promulgados por la ONU. Por otro lado, otra de las finalidades del proyecto es crear un espacio de conocimiento y confianza entre los expedicionarios. Lo que se busca es establecer valores y vínculos fuertes de amistad para que, de esta forma, los “navegantes” se enriquezcan a través de la convivencia y el intercambio de conocimientos. Además, la propuesta parte de un programa académico que contiene actividades deportivas que impulsan el sentimiento de aventura.

Actividades

Se trata de un evento de carácter anual que se llevará a cabo durante el mes de julio de cada año. Las Instituciones han fijado un proceso de selección según los méritos académicos de los alumnos solicitantes y según el esfuerzo solidario o sostenible que hayan realizado. Este verano, los “navegantes” recorrerán España y Portugal durante 21 días.

Rutas por la naturaleza, excursiones a centros culturales, visitas solidarias y visitas sostenibles son algunas de las actividades que aúna el proyecto. Entre las ciudades que los participantes visitarán, el itinerario señala Madrid, Tordesillas, Valladolid, San Sebastián, Bermeo, Cueto, Arzúa, Bilbao, Barakaldo, Santiago de Compostela, Oporto, Lisboa, Alcántara, Mérida, Sevilla, Montilla, Capileira, Granada y Ceuta, entre otras. Los “navegantes” utilizan autobús, tren, bicicleta y barco para desplazarse.

Asimismo, el número de becas ofrecidas para esta primera expedición ha sido 39. De Iberoamérica participan 19 estudiantes, de Portugal 1 y de España 19. Todos los candidatos son estudiantes universitarios nacidos en 2003 o en el primer semestre 2004 que están cursando enseñanzas universitarias o hayan cursado bachillerato.

Una compañía agradable

Entre los candidatos, lo que se busca es crear un ambiente de compañerismo y confianza. El interés es generar un entorno amable en el que se puedan compartir vivencias.

“El proyecto está yendo súper bien, yo creo que todos los objetivos se están cumpliendo”, comentaba Lorena Pérez, participante del ‘Proyecto Vuelta al Mundo’. Lorena es residente en Bera (Navarra), y estudia el Grado en Traducción e Interpretación en Vitoria. Emocionada, enunciaba que “este verano tenía la idea de hacer cosas diferentes. Después de la pandemia, me apetecía disfrutar”. Lorena conoció la propuesta gracias a una amiga suya, que le pasó el enlace y probó “a ver si había suerte”. Tras una breve pausa, riéndose y sintiéndose muy afortunada, Lorena clamó: “¡para algo que me toca!”.

Durante los días que abarca el proyecto, los “navegantes” viajan de forma continuada de un lugar a otro. A Lorena los viajes que le hacen especial ilusión son Sevilla, Portugal y “obviamente el norte”. “Algunos de mis compañeros no habían ido nunca al norte, y se han ido con muy buen sabor de boca. Eso me enorgullece, es mi tierra”, afirmaba. Además, todo su entorno había visitado ya Portugal, excepto ella. Lo cual es una “oportunidad increíble” que tiene “muchas ganas de aprovechar”.

En cuanto a sus compañeros, Lorena afirmaba que “el ambiente es muy sano. Al final somos 39 chavales con las mismas inquietudes, y nos llevamos muy bien”. Las excursiones que realizan a diario y el hecho de pasar tanto tiempo juntos es “la excusa perfecta para conocer a personas que de otra manera no hubiera tenido la enorme suerte de conocer”, aseguraba la estudiante navarra. A pesar de que el proyecto es “bonito y ambicioso”, los expedicionarios también tienen que sacar fuerzas para largas caminatas y otras actividades que requieren esfuerzo. Sin embargo, Lorena afirmaba que “nosotros nos lo pasamos bien en cualquier actividad, en cualquier sitio y en cualquier todo. Lo importante siempre es la gente, la compañía de la que te rodeas”.

Aprender sobre otras culturas y estudiar y analizar el recorrido que hizo Magallanes con un grupo de desconocidos que tras días de expedición han forjado una fuerte amistad es una realidad de la que Lorena se siente muy afortunada. Con entusiasmo, enunciaba que, sin duda, lo que más le está gustando de esta experiencia es “la gente que estoy conociendo. Si no fuera por este campamento, no podría haber coincidido con ellos ni conocer a gente de tantos países distintos. Me siento la persona más afortunada del mundo”.