Los tres se han topado con dificultades para adquirir un puesto de trabajo debido a su discapacidad visual y los tres han podido potenciar su vida laboral gracias a la ONCE. Son un ejemplo de superación y también del valor del grupo social como agente integrador.

Eduardo Echeverría Asiáin, vecino de Noáin-Valle de Elorz, recibe actualmente una pensión por discapacidad, si bien antiguamente estuvo trabajando durante 35 años. Su ocupación era arreglar maquinaria; en concreto, tractores y excavadoras de gran tonelaje. Ahora, no obstante, es un nuevo afiliado de la ONCE. “Empecé con ellos en febrero y puedo decir que gracias a ellos he salido de casa, me he quitado miedos, he ganado en seguridad personal y, sobre todo, en algo que desconocía completamente, que es la formación de ciegos”, destaca.

Afirma, a su vez, que el grupo social “da la oportunidad de ser uno mismo, crecer como persona y sobre todo obtener herramientas para que la vida en el día a día sea lo más fácil y agradable posible”. Él cuenta con la ayuda de “coordinadores, formadores tecnológicos, informadores y psicólogos que permiten no bloquearse en esos miedos que tiene un ciego cuando empieza su nueva vida”.

“La junta directiva de la ONCE ha estado siempre disponible, apoyándome y llamándome para preguntarme de manera regular qué tal estábamos tanto yo como mis compañeras y compañeras”, añade. Asimismo, da al grupo social “las gracias y especialmente la enhorabuena por este año maravilloso” y pidiendo a los miembros de la ONCE “que no dejen de realizar su labor social porque les hace falta a las personas con discapacidad”.

Por su parte, el pamplonés Igor Gerboles Lopes pertenece al Grupo Social ONCE y está contratado desde hace un año por Ilunion (Fundación ONCE para la Cooperación e Inclusión Social de Personas con Discapacidad), la marca a la cual pertenecen las empresas del Grupo Social ONCE.

Encontró este trabajo “después de pasar un año desempleado y desesperado durante la pandemia”. “Ante esta situación que estaba afrontando, Fundación INSERTA me ayudó a encontrar un trabajo en el que lo puedo dar todo de mí, ser yo mismo y llegar a fin de mes a base de paciencia, constancia y esfuerzo”, explica. INSERTA, Ilunion y ONCE le han dado, asegura, “las herramientas” para realizar su trabajo “con total normalidad”, por lo que declara estar “encantado” con el apoyo que se le había dado.

Félix Ángel Catalán se convirtió recientemente en trabajador fijo en forma de agente vendedor para la ONCE en Noáin, lo que para él supone “un reto personal y profesional”. Sin embargo, debido a la oportunidad que el grupo social le ha concedido de trabajar con ellos, se muestra igualmente agradecido. Felicita asimismo “a todos los demás compañeros y compañeras que se han podido incorporar a trabajar en la ONCE”.