Por un lado, hospitales llenos, miles de heridos, gente que se desplaza de un lugar a otro y un caos aterrador en las calles. Por otro, música en las plazas y personas tomándose un café en los bares. Tras contemplar esta realidad dividida, Leticia San Martín, vicepresidenta del Colegio Oficial de Enfermería de Navarra y profesora de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), aseguraba que “ir a Ucrania es realizar un viaje de contrastes. Intentar hacer vida normal es su forma de resistir”.

El pasado miércoles, el ejército ucraniano entregó una medalla de reconocimiento a tres enfermeras navarras, debido a su labor humanitaria. “Antes que la medalla han venido muchos gestos cotidianos de agradecimiento”. Así lo expresaba San Martín, respaldada por sus dos compañeras del Colegio Oficial de Enfermería, Isabel Iturrioz y Oihane Vieira, que se reconocían en sus palabras. “Ellos nos lo agradecen, pero nosotras también”, afirmaban. Todavía emocionadas por lo vivido durante estos últimos meses, relataban que lo más “emotivo ha sido trabajar con gente a la que en un principio no le ponías cara”.

“Esta medalla es un reconocimiento a todas las enfermeras, no solo a nosotras tres”

isabel Iturrioz - Presidenta del Colegio de Enfermería

Desde el Colegio de Enfermería se inició una campaña para ayudar a Ucrania, donando ropa y comida junto a otras organizaciones para ayudar en la logística. Además, decidieron acudir a comprobar si sus esfuerzos eran útiles. “Optamos por ir para asegurarnos a quién estábamos dando esas cosas y si estaban llegando correctamente. Una vez que pones un pie allí, te surgen ideas nuevas de colaboración”, comentaba San Martín.

Las tres enfermeras narraban cómo estar en Ucrania les hizo darse cuenta de las verdaderas necesidades urgentes. “Nos pedían vehículos para sacar a los heridos del frente”, recuerdan. A pesar de que ellas se alojaban en una “zona segura”, en dos de los viajes que realizaron sonaron las sirenas antiaéreas; “nos llevamos un susto enorme”. En la zona del conflicto vieron, también, la realidad devastadora de mujeres y niños que estaban viviendo en un edificio en ruinas. Decidieron buscarles una casa, y entonces nació el reto Nash dim, que significa “hogar” en ucraniano. “Teniendo la posibilidad de ayudar, ¿por qué no hacerlo?”, se preguntaba San Martín.

Leticia San Martín Rodríguez recogiendo la medalla en un acto celebrado en la frontera del país a nuestra llegada. Cedida

Un reconocimiento a todas las enfermeras

 Isabel Iturrioz, presidenta del Colegio de Enfermería de Navarra, incide en que “esta medalla es un reconocimiento a todas las enfermeras del mundo, no solo a nosotras tres. La labor de la enfermería es importantísima”. Pensando en todas sus compañeras, aseguraba que “hay personas a las que les llega innato el compromiso social ante situaciones injustas. El servicio a los demás es una especie de inercia”.

Sintiéndose orgullosa de su trabajo y del de sus compañeras, Iturrioz señala que “la enfermería se dedica a cuidar de los demás, por eso es una profesión tan bonita”. Vieira, además, añade que “nunca eres consciente de que está en tu mano salvar la vida de alguien”.

Amigos de guerra

 “No solo nos habéis curado las heridas, también nos habéis curado el alma”. Bajo esta afirmación, tres militares ucranianos agradecieron a Leticia San Martín, Oihane Vieira e Isabel Iturrioz su gran labor humanitaria. 

“Nos decían que no solo les habíamos curado las heridas, sino también el alma”

Leticia San Martín - Vicepresidenta del Colegio de Enfermería

Hace unos meses, tres heridos de guerra fueron acogidos por el Colegio Oficial de Enfermería. Dos de ellos, de 42 y 47 años, habían sido heridos por un disparo en la pierna. El tercero, de 29 años, había sufrido una explosión en la mano. Vieira hace especial hincapié en la colaboración del Hospital Universitario de Navarra (HUN), que “se ha hecho cargo de la atención de estas personas” y “todo han sido facilidades por su parte”. Además, Vieira menciona la gran labor de Marta Pulido, con quien viajó a Ucrania y a quien define como “una enfermera súper valiente”.

Tras la rehabilitación de los tres militares, una mujer de Cizur les prestó una casa vacía en la que estuvieron viviendo durante un tiempo. “Les ayudábamos con las curas, con la compra y con la comida”, contaba Vieira. 

“Nunca eres consciente de que está en tu mano salvar la vida de alguien”

Oihane Vieira - Vocal del Colegio de Enfermería

Finalmente, dos de los militares regresaron a Ucrania, y el joven que permaneció en Navarra tuvo que ser operado por segunda vez. En Pamplona ha encontrado una familia de acogida, donde “le cuidan bien”, asegura San Martín. 

El reencuentro

 San Martín expresa la emoción que sintió en el último viaje a Ucrania, en el que pudieron ver a los dos militares que habían sido cuidados en Pamplona. “No paraban de decir que les habíamos curado el alma”, afirmaba. “Sonó una sirena y eso fue un golpe de realidad. Ahí me di cuenta de que no estábamos tomando un café normal, estábamos tomando un café en un país en guerra”, narraba Iturrioz. 

Recordando con detalle cada experiencia vivida y el viaje de contrastes que supone ir a Ucrania, las tres enfermeras navarras afirmaron que la solidaridad siempre será lo que actúe como brújula en su corazón.