La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra condenó la semana pasada de conformidad a seis años y medio de prisión a un joven de unos 21 años de edad y de origen ecuatoriano, Javier S.A. que abusó de una menor de 14 años en un parque de la Comarca de Pamplona. La condena por los abusos cometidos por el acusado sumaban 4 años de prisión, pero además se le sumaron otros 2,5 años de cárcel por un delito contra la intimidad debido a que tomó fotografías de la joven cuando pretendía agredir a la misma y sin ningún tipo de consentimiento. Además de la pena de cárcel, al encausado le impusieron 15 años de orden de alejamiento y de prohibición de establecer cualquier comunicación oral, escrita o telemática con la víctima y deberá indemnizar a la chica con 30.000 euros en concepto de responsabilidad civil por los daños causados, aunque el acusado se declaró insolvente. Este se encuentra en prisión desde que ocurrieron los hechos en agosto de 2020.

Fue en aquellas fechas cuando el acusado y la víctima se conocieron por primera vez en persona después de que hubieran establecido contacto virtual a través de la red social Instagram. En principio quedaron para verse porque el encausado iba a dejar un teléfono móvil a la menor de edad. Cuando ella llegó al lugar de encuentro, el procesado le dijo que no lo había llevado porque tenía todavía que borrarle unas fotos, pero le pidió a la joven que se quedara en el sitio, dieran un paseo y que pudiera hacerle unas fotos (consentidas).. Una vez que así lo hicieron, el encausado le pidió a la menor que se sentara sobre sus piernas y le empezó a efectuar tocamientos mientras la chica le dijo que parara y le aparaba la mano. A continuación se levantaron y se aproximaron a otra zona, donde esta vez el acusado cogió y levantó en volandas a la víctima, la agarró de la cintura y le retiró la ropa que llevaba. La joven le dijo que no varias veces y trataba de subirse el pantalón, pero el acusado insistió en su conducta hasta que consiguió quitarle la ropa a la víctima e intentó que hubiera penetración. Mientras realizaba dicho ataque contra la libertad sexual de la menor, sacó su teléfono móvil y vulnerando su intimidad y sin autorización de esta, comenzó a fotografiar el acceso carnal cometido sobre la chica, que en ese momento ni siquiera pudo darse cuenta de que el procesado había realizado un total de 16 fotografías en su móvil.

Lejos de desistir de su comportamiento delictivo, el acusado agarró de nuevo a la joven y comenzó a besarla a la fuerza en el cuello pese a que la chica manifestaba una y otra vez su negativa a los actos a los que estaba siendo sometida. Finalmente, la joven pudo marcharse a su domicilio y al día siguiente de lo ocurrido le contó lo sucedido a una amiga y sus padres conocieron también los hechos. El mismo día que ocurrió la menor había bloqueado por Instagram al acusado, que sabía por conversaciones previas que la menor contaba con 14 años de edad. Desde septiembre de 2020 existía una medida cautelar para evitar que se aproximara de nuevo a ella.