Como cada año, cientos de personas se han reunido esta mañana ante la puerta del Fuerte de San Cristóbal para “recordar, homenajear y acariciar a los presos que, entre 1934 y 1945, estuvieron encerrados aquí”, ha relatado Víctor Oroz, presidente de la asociación de Txinparta.

El buen tiempo ha permitido que el acto se celebrase sin ningún contratiempo, de forma que no solo se han acercado en coche los que han estado presentes sino que también muchos han ascendido el monte caminando, algunos con la bandera republicana en mano.

Así, en un homenaje marcado por el testimonio de cuatro familias, también ha habido espacio tanto para un espectáculo de aurresku como para canciones interpretadas por el grupo Aiban. Además, en referencia al cementerio de las botellas, lugar donde enterraban a los presos con una botella en la tumba para identificarlos, al comienzo del acto, muchos han depositado frente a la puerta una botella con un mensaje dentro.

El mensaje ha podido incluir cualquier testimonio. Y, al finalizar la jornada, aquellos y aquellas que soltaron su botella, han podido recoger otra diferente, y así leer el mensaje que alguien había dejado. 

Homenaje a los presos en el fuerte de San Cristóbal

Homenaje a los presos en el fuerte de San Cristóbal Unai Beroiz

Reivindicaciones

En 2013, el Fuerte fue declarado Lugar de Memoria, cumpliendo una de las reclamaciones de los familiares para poder “romper el manto de silencio y de bulos con que el franquismo trato de ocultar y desfigurar los atropellos a los que fueron sometidos más de 7.000 presos”, ha comentado Oroz.

Sin embargo, esto no es suficiente como forma de reparación y desde Txinparta han afirmado que siguen trabajando para que “se haga accesible el cementerio de las botellas y que se amplíen las posibilidades de visitar el Fuerte”, de manera que el siguiente año el homenaje se pueda celebrar en el interior de la antigua prisión.

La crueldad de la prisión

De las personas que pasaron por el Fuerte, conocido por sus malas condiciones, “uno de cada diez no volvió a su casa. Y no lo hicieron porque, o los mataron de hambre, frío y miseria como a los 203 enterrados en Ansoáin, o los fusilaron, como a los 100 asesinados en su falsa puesta de libertad al comienzo de la guerra”.

Otros también fueron asesinados por supuestos intentos de fuga, "como los 21 recuperados recientemente en Berriozar y los 4 de Artica. O los eliminaron como conejos por los valles de aquí a Francia, como los 206 que participaron en la fuga de 1938". O, continuó Ordoz, fueron fusilados en la Vuelta del Castillo, "como a los 14 que acusaron de ser responsables de la fuga, o los dejaron a la merced de la tuberculosis", amiga del hambre, del frió, del hacinamiento y la miseria, "como los 131 que, entre 1941 y 1945, acabaron en el cementerio de las botellas.

Homenaje a los presos del fuerte de San Cristóbal

Homenaje a los presos del fuerte de San Cristóbal UNAI BEROIZ