“El acogimiento, tanto si continúa como si finaliza por la vuelta del menor con su familia biológica, es siempre un éxito. Siempre es mejor crecer acompañado en una familia que en un centro, por muy bien que esté y trabajen los profesionales”. Chus Sádaba, de la Asociación Magale (Asociación de Familias de Acogida de Navarra) y madre de acogida de dos hermanos ha animado esta mañana a la sociedad navarra a implicarse en la “transformación necesaria” para que los 260 menores que residen en centros de protección cumplan su derecho a crecer en una familia.
Durante la presentación de la campaña, Chus Sádaba ha querido ofrecer su experiencia como madre de acogida. “He tenido y tengo el privilegio y regalo de poder acompañar en su crecimiento a dos niños que llegaron muy pequeñitos y hoy tienen 20 y 21 años. El orgullo de verles tenerse sobre sus pies para seguir avanzando es algo impagable, como les ocurre a los padres de hijos biológicos”, ha remarcado Sádaba, quien considera que “el acogimiento continúe, como ha sido mi caso, o finalice por la vuelta de los niños con su familia biológica, es siempre un éxito porque siempre es mejor crecer en una familia que en un centro de protección, por muy bien que estén”.
Como ejemplo de esa diferencia ha comentado que llega un momento en el que finaliza la medida de protección y si están en el sistema es porque no han podido volver con sus familias y entonces “están solos si tienen que ir a un hospital, buscar una vivienda...”. Sin embargo, prosiguió, “mi hija se está formando en una escuela de danza en Madrid y tiene el apoyo de sus padres, un niño que acaba el sistema de protección está solo, no tiene ningún apoyo”.
“El orgullo de ver a mis dos hijos crecer y tenerse sobre sus pies para seguir avanzando es algo impagable”
Sádaba ha instado a la sociedad navarra a implicarse para que el sistema de protección dé la vuelta y se transforme en algo más seguro para los menores. “En Irlanda estaban en una situación similar a la nuestra y ahora el 94% de los menores está en acogimiento familiar. Hubo una necesidad y los centros se cerraron, los medios de comunicación se implicaron en difundir historias de acogimiento y los trabajadores de los centros se convirtieron en trabajadores de apoyo a niños y familias”, ha explicado Sádaba, que no tiene duda de que “en Navarra hay 200 familias dispuestas a acoger, pero hay desconocimiento”.