Manolo Romero, alcalde del Valle de Aranguren, asegura que ha sido un año muy intenso y bonito desde que se hizo público el hallazgo de la Mano de Irulegi. “Nosotros nunca habíamos pensado en que pudiera haber algo así y fue una auténtica sorpresa. Hay que agradecer el trabajo que se lleva realizando en el yacimiento desde 2007. Tras la noticia, tuvimos que ofrecer infraestructuras para poder recibir a la ciudadanía que se interesó en visitarnos. Y lo primero que hicimos fue bajar las expectativas porque siempre hemos buscado que las visitas fueran ordenadas, que esto no se convierta en una explotación turística masificada y fuera de control”.

“Es una zona que siempre ha sido muy visitada y ahora debemos regular que se puedan hacer con garantías, ya que las masificaciones a veces perjudican al entorno, al medio ambiente y a los vecinos”, asegura.

Para ello, se realizó el parking de Ilundain gracias a un acuerdo con el Gobierno de Navarra, se marcaron itinerarios y se sigue trabajando en la rehabilitación del Palacio de Góngora para que se convierta en un centro de patrimonio cultural que sirva como recepción para toda la ciudadanía. “Ya tenemos hasta el nombre, que sería Sorioneku. Ahí podría estar el museo con todo lo que está saliendo de los yacimientos y se podría crear un centro medioambiental al servicio de la comarca de Pamplona”.