La Red de Salud Mental activa un Código Suicidio cada día en Navarra, lo que implica que al cabo del año al menos 350 personas tienen intentos o ideación suicida. Son cifras que asustan, pero se está consiguiendo atender antes a personas en momentos de crisis gracias al Código Suicidio, una herramienta que se puso en marcha en diciembre de 2022 y que está integrada en la Historia Clínica, por lo que facilita la identificación y el seguimiento de personas en riesgo de suicidio.

En una nota de prensa publicada el pasado septiembre, Salud detallaba que en los primeros 8 meses de funcionamiento se habían activado un total de 243 códigos, de los cuales el 64% fueron de mujeres. El Código Suicidio de momento solo lo pueden activar los profesionales de Salud Mental –psiquiatras y psicólogos– y lo hacen ante un intento o por una ideación.

“Si el clínico considera que las ideaciones son significativas se activa, siempre contando con el visto bueno del paciente”, detalla Adriana Goñi, psicóloga clínica de la Red de Salud Mental. Según detalla, en este primer año de funcionamiento la mitad de los códigos activados se deben a ideaciones: “Es un buen dato porque quiere decir que nos estamos adelantando a las tentativas de suicidio”.

Esta herramienta se activa y se quita con agilidad, una vez los profesionales consideran que ya no es necesario mantenerla activa. El objetivo es mantener un seguimiento para no “perder” a esas personas, además de darles una atención preferente en el sistema sanitario. “Cuando las personas tienen intentos de suicidio y van a Urgencias o son derivados a centros de salud mental muchas veces se interrumpe la cadena, la persona no viene y la perdemos. Es ahí donde muchas veces se producen los suicidios”, expone Goñi.

Por otra parte, a una persona que tenga un Código Suicidio activado se le va a incluir esta alerta en su historia clínica, por lo que todos los sanitarios van a saber que tiene el código activado. Otra de las implicaciones de esta herramienta es la preferencia. Una vez que se activa, el protocolo obliga a Salud Mental a darle una consulta en 7 días si es adulto o en 3 si es un menor.