La Asociación Navarra Amigos del Sáhara (ANAS) busca familias de acogida para traer a niños y niñas saharauis este verano a la Comunidad Foral para sacarlos de las altas temperaturas que se registran en los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia) en los que viven. ANAS es la entidad encargada de gestionar en Navarra el programa Vacaciones en Paz, con el que los menores saharauis pasan el verano en familias de acogida por todo el Estado.

El año pasado fueron 74 los niños y niñas que pasaron los meses de julio y agosto en la Comunidad Foral, una cifra inferior a la que se registraba antes de la pandemia, cuando rondaban el centenar los menores que venían en acogida. Por ello, desde ANAS llaman a la solidaridad de las familias navarras para traer “a cuantos más niños mejor”.

Necesitamos al menos 30 familias de acogida. Es muy importante sacarles de los campamentos, principalmente por las altas temperaturas, que pueden superar en verano los 60 grados, pero también porque en los últimos años la situación humanitaria de los saharauis ha empeorado mucho. Actualmente están comiendo una vez cada tres días”, relata José Ochoa, presidente de ANAS.

Las familias que se animen pueden ponerse en contacto con la asociación a través del teléfono 609 04 44 00 y la entidad les facilitará toda la información necesaria y preparará una reunión posterior con las familias que finalmente deseen participar en el programa. “Acoger a un niño saharaui es un regalo de vida, porque no solo le aportas tú cosas a ellos, sino que ellos a ti también”, apunta Ochoa.

Crisis humanitaria

Este llamamiento que hace ANAS, se produce en un momento en el que se ha agravado la crisis humanitaria en los campamentos de refugiados de Tinduf. La semana pasada, el Consorcio de ONG que apoya a la población saharaui –entre las que se encuentra la ONG navarra ANARASD alertó sobre el continuo deterioro de la situación humanitaria, que afecta directamente a más de 173.600 personas.

La reducción de las raciones alimentarias de emergencia distribuidas por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de cerca del 30%, desde noviembre de 2023, está afectando a decenas de miles de familias refugiadas que dependen casi exclusivamente de estas raciones para su subsistencia, ante la falta de alternativas sostenibles en una zona árida y desértica con condiciones climáticas extremas.

La pandemia de covid-19 y la guerra en Ucrania han causado la inflación de los productos de alimentación en el mercado internacional, dejando a los actores humanitarios incapaces de responder adecuadamente a las necesidades esenciales de los grupos más vulnerables”, señaló el consorcio.

Las últimas encuestas realizadas por el PMA y ACNUR sobre la situación nutricional en los campamentos, prosigue el comunicado, han mostrado un empeoramiento de los indicadores nutricionales, en particular las tasas de anemia entre las mujeres embarazadas y lactantes y el retraso del crecimiento entre la población infantil, menor de cinco años, amenazados los progresos realizados hasta 2020.