Las alrededor de 100.000 personas con alergia al polen en Navarra afrontan ya una temporada que no va a ser especialmente intensa pero sí prolongada en el tiempo, teniendo en cuenta que las altas temperaturas registradas en los últimos meses ha adelantado la polinización de varias especies.

Las previsiones hablan de una primavera moderada, sin embargo tras el enero más cálido desde que hay registros, el ciprés adelantó su polinización –siendo habitual a finales de febrero o principios de marzo– y los alérgicos a esta especie llevan padeciendo síntomas varias semanas. De hecho, son varias las especies que están anticipando su polinización como consecuencia de las altas temperaturas, tal y como indica Estrella Miqueleiz, del servicio de Salud Ambiental y Seguridad Alimentaria del Instituto de Salud Pública, que explica que también han detectado este año un adelanto de los alisos y de los olivos.

No obstante, la alergia a las gramíneas es la más frecuente entre la población y el pico de su polinización suele darse en primavera y la previsión es que este año su presencia en la Comunidad Foral sea moderada. Blanca García, especialista del Servicio de Alergología del Hospital Universitario de Navarra (HUN), expone que en el caso de las gramíneas las previsiones hablan de “unos niveles de polen no muy altos” y de una primavera “no muy intensa pero sí prolongada”.La intensidad de los síntomas depende de más factores, como de la climatología y de la propia sensibilidad de cada persona, pero parece que va a ser una primavera moderada”, señala García.

El 30% de la población, sensible a ser alérgica

Se estima que cerca del 30% de la población es sensible a poder desarrollar una alergia a lo largo de su vida y las relativas al polen y a los ácaros son las más habituales. “Los ácaros afectan todo el año y cuando hablamos de polen parece que solo tiene presencia en primavera, pero la realidad es que hay polen de invierno, de primavera, de verano y de otoño”, matiza la alergóloga.

Todo depende del momento de polinización de las especies. Las gramíneas son habituales de abril y mayo, mientras que el polen de los cipreses lo es de febrero y marzo. Pero este año se ha adelantado a enero y se alcanzó el pico la semana pasada, con más de 1.000 granos/m3. “Esta cifra marca el máximo histórico de la serie en el caso de los cipreses”, apunta Miqueleiz, que detalla que desde el año 2019, el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN) intensificó la vigilancia del polen en el ambiente en el marco del proyecto europeo Life-NAdapata.

Desde ese año, Salud Pública ejerce un control polínico durante todo el año con informes diarios y mensuales en tres puntos de Navarra: Pamplona, Tudela y Santesteban/Doneztebe. Además, explica Miqueleiz, de marzo a junio se realizan previsiones semanales sobre los niveles de polen en el ambiente, que la ciudadanía puede consultar en la web del ISPLN.

Alergia a varios tipos

En Navarra se estima que cerca de 100.000 personas son alérgicas al polen, en torno al 12-15% de la población, una cifra que ha ido creciendo en los últimos años por tres principales razones: la contaminación y el cambio climático –que favorecen una mayor polinización– y por una mejoría en la detección. No obstante, también son cada vez más frecuentes los pacientes que son sensibles a varios tipos de polen. “Antes lo normal era que una persona tuviese alergia a un tipo de polen, pero ahora son mayoría los que tienen a varios. Esto hace que la alergia se vuelva más compleja porque están expuestos a padecer síntomas más tiempo”, detalla García.

En cuanto al perfil de los pacientes, la alergóloga destaca que no hay diferencias por sexo y el debut suele darse normalmente en la infancia. “La alergia se suele manifestar a los 7 u 8 años y después el grado de sensibilidad va aumentando durante los años siguientes y en la juventud. Después se mantiene estable durante la edad adulta y tras los 65 años suele experimentarse una mejora espontánea”, relata.

Los síntomas, señala, dependen del grado de sensibilidad de cada persona, pero los más habituales son la conjuntivitis con intenso lagrimeo, picor de nariz, abundante mucosidad, estornudos y dificultad para respirar. Además, en niños suele ser frecuente que se inflamen los párpados. “En pacientes que padecen síntomas más intensos puede darse una bronquitis, ruido en el pecho y dificultad al respirar, que puede derivar en una crisis de ahogo que requiere de tratamiento urgente. También hay quienes desarrollan asma asociado a la alergia al polen”, expone García.

En cuanto a las recomendaciones para los alérgicos, desde Salud Pública aconsejan evitar la exposición al polen, especialmente los días con mayor presencia en el ambiente, que suelen ser los soleados y con viento. “En esos días también es muy importante ventilar la casa a primera hora del día, antes de que los niveles de polen lleguen al máximo”, señala.