La soledad va cobrando importancia en nuestra sociedad a medida que la población va envejeciendo. Cada vez hay más personas mayores solas –actualmente 76.495 hogares navarros son unipersonales y se espera que en 2039 sean 107.685– y para darles respuesta diferentes colectivos y entidades han creado programas para atender a estas personas. “El envejecimiento es un desafío que hay que abordar generando conocimiento en torno a él. Las personas solas son un colectivo que crece por la mayor esperanza de vida, pero tenemos el reto de, además de dar años a la vida, dar vida a los años y que sean de calidad”, apunta Idoia Urmeneta, responsable del programa para personas mayores de Cruz Roja Navarra.

Según explica, la entidad ha atendido en lo que va de 2024 a 320 personas mayores que viven solas, un número que supera con creces incluso a todos los atendidos el año pasado: 270. “Cada vez las personas identifican mejor la soledad, sobre todo las mujeres, que son a las que más atendemos. Sin embargo, se ha visto que los hombres se sienten más solos, pero piden menos ayuda, ese es otro de nuestros retos”, sostiene Urmeneta.

El programa de acompañamiento de Cruz de Roja –compuesto por unos 40 voluntarios– se centra en mejorar la percepción de la soledad de las personas usuarias y tiene dos grandes bloques: uno preventivo para personas de entre 60 y 65 años, “con talleres y actividades para mejorar su calidad de vida”; y otro para personas más envejecidas “a las que se les ofrece un acompañamiento en el domicilio y a actividades de ocio comunitarias para que participen en la vida de su entorno”.

“Lo que más demandan estas personas es compañía, tener alguien con quien compartir el tiempo. Luego va surgiendo el acudir a actividades, porque a veces ellas solas no se atreven. Esto es algo que va a ir en aumento, por lo que es importante reforzar los recursos teniendo en cuenta el envejecimiento”, destaca Urmeneta.