Javier Armentia cierra hoy su etapa profesional al frente del Planetario de Pamplona sin entrar en detalles sobre su salida aunque si ha querido recordar, poco después de la difusión de la nota de NICDO en la que daba cuenta de su fin a frente de la dirección del Planetario, cómo fueron los inicios. “En lo personal cierro una larga etapa como responsable de un equipo que a comienzos de los 90 comenzamos a inventarnos un planetario como un lugar de encuentro de la sociedad y la ciencia. Cuando arrancábamos con las estrellas de la sala Tornamira a contar historias nos dimos cuenta de qué atractivo resulta para la gente escuchar sobre la ciencia. Ahora vemos más normal que las universidades y los centros de investigación se vuelquen hacia la sociedad, hagan divulgación y actividades para fomentar la cultura científica. Pero cuando comenzamos estábamos casi solos y eso fue un trabajo apasionante”.
Para él, el planetario ha sido siempre un lugar de experimentación y acción cultural. “Hemos conversado con las instituciones, con las empresa, con asociaciones, con el mundo educativo, con artistas, con astronautas… la verdad es que cada día ha sido una iniciativa”.
Como hitos de su trayectoria habló de la oportunidad de “ponerle nombre a una estrella y a un asteroide. Así como la creación de un jardín que representa la Vía Láctea. Hemos recorrido el camino de Santiago del cielo y el de la tierra hablando de astronomía. Hemos colaborado con el valle del Roncal, con Lerín, con Ujué y otros lugares donde la astronomía es ahora parte del paisaje y de la preocupación de sus gentes”.
Sobre como será el Planetario sin él, precisó que “todo eso sigue ahora aunque yo de un paso al lado. Mi dedicación sigue siendo la de la astronomía y la comunicación, pero el Planetario anda ya desde hace tiempo a muy buen paso con su gente”.