Los tumores digestivos están detrás de buena parte de los casos de cáncer. En el caso de Navarra, se diagnostican unos 1.000 tumores digestivos al año, de los cuales en torno al 60% son colorrectales. Este tipo de cáncer –el de colon y recto– es el segundo más frecuente tanto en hombres como en mujeres, detrás del de próstata y el de mama, respectivamente, pero si se tiene en cuenta el total de casos de cáncer en ambos sexos, el colorrectal es el más prevalente entre los pacientes navarros.
Los alrededor de 600 casos de tumores colorrectales detectados en la Comunidad Foral al año son más que los que se registraban hace unos años y es que, “al igual que en conjunto de España, vemos un aumento progresivo en la incidencia global de estos tumores”, explica Virginia Arrazubi, oncóloga del Hospital Universitario de Navarra (HUN), que este jueves participa en el simposio anual del Grupo de Tratamiento de Tumores Digestivos (TTD) que se celebra en Pamplona y al que van a acudir más de 600 expertos de todo el Estado.
Arrazubi apunta que, pese al incremento de los casos en los últimos años la mortalidad ha disminuido considerablemente, entre otras cuestiones, por la implantación del programa de detección precoz en Navarra, que se puso en marcha en 2013. “La mortalidad de los tumores digestivos varía según el tipo de tumor (esófago, estómago, hígado, colon, recto, etc.) y según la situación en que se diagnostique. El cáncer colorrectal, que es el más frecuente, tiene una tasa de mortalidad que ha ido disminuyendo en los últimos años probablemente ligado a una detección más precoz y a una mejora en los tratamientos. En estadios iniciales tiene una tasa de supervivencia a los 5 años del 90% mientras que no llega al 15% cuando se diagnostica en situación de enfermedad metastásica”, detalla.
Para atender a los pacientes con tumores digestivos, el Hospital Universitario creó en 2019 la Unidad Funcional Multidisciplinar de Cáncer Colorrectal, que el año pasado atendió a 324 pacientes. En cuanto al perfil, la oncóloga señala que los tumores del tracto digestivo son muy variables, por lo que los pacientes también lo son, aunque hay mayoría de hombres. “Atendemos desde pacientes con cáncer de hígado que asocian cirrosis a pacientes sin ningún antecedente”, indica. Uno de los síntomas de alarma más habituales, detalla Arrazubi, es la obstrucción o el sangrado del tubo digestivo, algo por lo que se debe consultar, aunque también suelen manifestarse otros síntomas como la aparición súbita de coloración amarilla en la piel o la pérdida importante y no deseada de peso.
Factores de riesgo
En lo relativo a los factores de riesgo para la aparición de estos tumores, la doctora remarca que el más importante es la edad: “Asistimos a un envejecimiento poblacional que va en línea con el aumento en la incidencia de muchos tumores y es el escenario con el que nos vamos a encontrar en los próximos años. Este factor de riesgo no es modificable, pero existen otros que sí lo son como el tabaco, el alcohol, el sedentarismo, la obesidad o el abandono de la dieta mediterránea”, expone.
En este sentido, señala que hay estudios que evidencian que el tipo de dieta se asocia a una mayor incidencia de algunos tumores digestivos como el gástrico o el colorrectal, es decir, es un factor de riesgo. “Esto no quiere decir que la dieta sea la causa directa de la aparición del tumor. No obstante, lo recomendable es llevar una dieta rica en frutas y verduras y escasa en carnes rojas, alimentos procesados y grasas saturadas”, defiende.
Más de 66.300 personas participan en el cribado
El programa de detección precoz de cáncer colorrectal se puso en marcha en Navarra en el año 2013 y en 2017 se extendió por toda la geografía foral. Se trata de un cribado que ha tenido una gran aceptación y cuya participación se sitúa por encima del 70%. El año pasado, según datos del departamento de salud, más de 66.300 personas participaron en el programa, gracias al cual se hallaron 59 casos de cáncer colorrectal, el 18% del total.
De hecho, la Comunidad Foral cuenta con una de las tasas más altas de participación en este cribado. En 2023, se invitó a participar en el programa a 89.662 personas, quienes recibieron en su domicilio un test de sangre oculta en heces, consistente en un kit para la toma de la muestra de heces que debe ser entregado en el centro de salud o en el Instituto de Salud Pública. El 74% de las personas que lo recibieron realizaron la entrega de la muestra en su centro de salud.
Un 3,83% de las personas que participaron en el programa presentaron un resultado positivo (4,52% en varones y 3,22% en mujeres), con mayor proporción de positivos en mayores de 60 años en el caso de los hombres, y de 65 en el de las mujeres.
El siguiente paso tras el positivo es la realización de una colonoscopia con sedación, sin ingreso hospitalario. En total, y una vez descartados los casos en que no estaba indicada esta prueba, se llevaron a cabo 2.342 colonoscopias tras las que se confirmaron 59 cánceres invasivos, lo que representa un 2,6%. El 68% de estos casos de cáncer confirmados correspondió a hombres.
La gestión del programa se lleva a cabo desde el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN), desde donde se desarrollan las actividades relacionadas con el proceso de detección, así como la coordinación, evaluación y control de todo el cribado.
La puesta en marcha del programa de detección precoz y su alta participación es fundamental para el diagnóstico temprano de los tumores colorrectales y mejorar así su pronóstico. De hecho, tal y como asegura Arrazubi, el cribado “es una de las causas que se asocia a una disminución en la mortalidad de estos tumores pese al aumento en la incidencia”.
“El programa de detección precoz logra diagnosticar tanto tumores más iniciales como lesiones en el colon que ni siquiera son malignas pero que se malignizarían con lo años. Son situaciones con una posibilidad de curación mucho mayor que si se diagnosticaran en situaciones más avanzadas”, apunta la oncóloga.