Las tiendas de ropa y los comercios de Pamplona llevan casi el mismo ritmo que Melchor, Gaspar y Baltasar repartiendo regalos. De la noche a la mañana, los espacios en los que reinaban las decoraciones navideñas –con sombreros de Papá Noel, guirnaldas, espumillones y purpurina en exceso–, se han perdido y han dejado su espacio a las papeles empapeladas de rojo y unas enormes letras blancas que anuncian las rebajas de enero. De manera que, después de manadas de gente han llenado los establecimientos en busca del regalo perfecto, lo que toca son las devoluciones y la última oleada de clientes en búsqueda de las gangas que quedan sobre las perchas y los estantes. Y así, después de unas semanas de consumismo y despilfarre, comenzó esta mañana una nueva guerra por las rebajas, donde el que vence siempre es el más rápido y más madrugador.
Por eso, en cuanto las puertas de los establecimientos se abrieron –hacia las 9.30 horas–, los potenciales clientes peleaban por ser los primeros en acceder por la puerta de forma similar a cuando llueve mucho y la villavesa ya se encuentra en la parada o cuando van a salir las peñas por la entrada de la Plaza de Toros. En el Corte Inglés tenían todos los pisos dispuestos para las rebajas, a pesar de ser conocedores de que lo que más se vende es la ropa; en concreto, las prendas de invierno, como abrigos o jerseys.
“El producto estrella son las prendas de marca que, durante todo el año, tienen un precio más alto y que vienen muy bien para este tiempo frío que se nos viene encima”, expresó Miguel Bados, director de Comunicación y Relaciones Institucionales del Corte Inglés. En lo que respecta a la tendencia del consumidor, hizo hincapié en que las rebajas suponen “una liquidación del stock. Esto quiere decir que puede ser que la gente venga y no se encuentre con los productos que desean, por lo que se suelen anticipar. Pero también hay quienes vienen a ver qué se encuentran, qué les puede venir bien con un descuento importante”, expresó Bados. En ese sentido, las expectativas son bastante altas, ya que después de una “excelente” campaña de Navidad, lo que siempre acompaña son “unas buenas rebajas. Así que esperamos que esa tendencia se mantenga al alza”, señaló.
Teresa Gómez, tras varios minutos esperando en la puerta del centro comercial, entró a toda prisa para tener, durante unos segundos, la tienda entera para ella. Al principio, comentó que solo quería mirar, pero terminó confesando que “algo picaré, siempre y cuando encuentre algún chollo porque ya he recibido muchos regalos entre Reyes y Navidad. Pero siempre te quedas con la mosca detrás de la oreja con las rebajas. A lo mejor te encuentras con algo que no te esperabas a tan buen precio que es inevitable no comprarlo”. En su caso, todo apuntaba a que ese “caprichillo” iba a ser alguno de los bolsos que miró durante un buen rato. “Están al 40%, creo que merece la pena. Hay buenos chollos”, indicó.
Haydee Rodríguez, de 14 años, y su madre, Miriam Filgueira, fueron con el único objetivo de cambiar unas botas que le habían caído a la joven en Reyes. Sin embargo, a medio camino Haydee la detuvo para curiosear la ropa de Brownie, una marca “que está muy de moda entre las chicas de estas edades. Las llevan todas las de su clase, explicó la madre. Y ya sea por la benevolencia de Miriam o porque todavía quedan resquicios de la emoción navideña, en cuanto su hija vio una falda y dos tops no pudo evitar decirle que se los iba a comprar. “Para ella todo, yo no necesito nada. Yo solo aprovecho para ver cosicas, que esto es solo capricho”, se rió Miriam.
Ruta por Carlos III
Algunos se refieren a ella como la Gran Vía de Pamplona. Y así como una está plagada de gente, la avenida Carlos III tampoco se queda atrás. En este caso, muchas jóvenes hicieron el pack completo del día: desayuno, ruta por las tiendas, ir de pintxos y volver a curiosear. Sara y Lucía Chocarro, mellizas de 20 años, entraron en Stradivarius con varios bolsones con ropa de otros establecimientos. “Para estas cosas, lo mejor es madrugar”, aseguró Sara.
En su caso, en lugar de ir buscando las prendas de invierno al mejor precio, prefirieron optar por la ropa de verano porque “es lo que está más rebajado y es lo que mejor nos sale”, contó Lucía. Por otro lado, también comentaron que el siguiente destino sería Zara y, si eso, “por la tarde iremos a Women’s Secret. Hay que aprovechar el dinero que nos han dado las abuelas”, bromeó Sara.
De todo en La Morea
Por un lado, están los que prefieren patearse todo Pamplona en busca del artículo que tanto desean y, por otro lado, los que prefieren ir en coche a un centro comercial que “lo tiene todo y no nos cansamos tanto”. En este caso, además de las rebajas en tiendas de ropa, también había establecimientos –como el Fnac– en los que los estantes estaban vacíos.
Margaux Guilbaud, gerente del local, apuntó que la mañana no estaba siendo “tan loca como en las franquicias de moda. En nuestro caso, tenemos cambios y devoluciones y, entre una cosa y otra, pican cosas”. En especial, en aquellos productos concretos que tienen oferta, como merchandising o tecnología. “Hemos dejado unas etiquetas y cartelitos en rojo para que se vea cuáles son los artículos que están en rebajas y esperamos que se vacíe mucho la tienda para empezar a meter las cosas de la nueva temporada”, comentó.
Por su parte, las hermanas Irati y Amaia Arancón, de 24 y 22 años, respectivamente, repitieron en plan que muchas hicieron por el centro de Pamplona, pero en La Morea. “Como en estas fechas nos han dado el mismo dinero, hemos querido aprovechar y comprar alguna cosica”, afirmó Irati.
Ellas, como buenas previsoras, antes de ir a comprar, miraron a través de internet algunas cosas que les llamaban la atención para que, cuando llegaran a las tiendas, pudieran aprovechar mejor el tiempo. No obstante, esto no siempre ocurre porque “Irati no es tan selectiva como yo y, mientras ella se prueba toda la tienda, a mí me toca esperarla”, comentó Amaia para picar a su hermana.