Jërëjëf significa gracias en wolof, una de las lenguas nativas más habladas en Senegal. De alguna manera, esta asociación navarra surgió de ese agradecimiento. Del de una mujer –Amaia Alonso, vicepresidenta – que, en cuanto pisó el territorio africano, quedó fascinada y quiso devolver todo ese amor a través de “ilusión esperanza y ganas de hacer. Y eso nos lo contagió a todas las demás”, cuenta Eva Capel, miembro de la asociación, sobre su compañera y amiga. En 2008 se planearon los primeros viajes a Senegal para ayudar –de forma simbólica– a personas que presentan dificultades en su vida diaria. Y, como el roce hace el cariño, comenzaron a gestarse diversos vínculos hasta que finalmente, en 2015, se constituyó la asociación Jërëjëf, que cuenta con 50 miembros. “Estábamos en deuda con ellos porque Senegal es el país de la hospitalidad. No tienen, pero siempre guardan algo de comida por si viene alguien, y te dan de donde les falta solo para que estemos bien. Son un pueblo muy generoso”, reconoce Eva, quien además de voluntaria es profesora.

“Senegal es el país de la hospitalidad. No tienen, pero siempre dan. Son muy generosos”

Eva Capel - Miembro de la asociación Jërëjëf

Entre sus principales objetivos destaca la prevención en todos los aspectos generales de la vida, con especial hincapié en salud y educación. Para ello, una de sus principales líneas de acción es sensibilizar a la población navarra “para que conozcan qué está pasando en Senegal y que entiendan que es una realidad a la que no podemos girarles la cara. Ellos se merecen una vida mejor, con otro tipo de condiciones”. Para que esto se materialice, llevan diez años preparando jornadas en distintos centros educativos. Asimismo, también se han realizado otra serie de actividades –como talleres, exposiciones fotográficas, mercadillos solidarios y artesanales o encuentros con el alumnado de la Universidad de Navarra a través del profesor Iñaki Díaz–. Con ellas, se han obtenido ciertos beneficios económicos que se han destinado de forma íntegra a algunos de sus proyectos en el país africano. “Nuestro trabajo es voluntario. Todo lo que conseguimos viene por subvenciones que nos conceden los Ayuntamientos, por mercadillos o actividades benéficas y por colaboraciones con colegios. Luego los médicos se financian su viaje, las medicinas, los materiales que necesitan para las consultas... Es una manera de devolver todo el amor con el que nos tratan”, reconoce.

Imagen de los alumnos y alumnas de la escuela pública Goxu Mbaac Cedida

Expediciones solidarias médicas

Con todo, la ocupación principal de Jërëjëf reside en las intervenciones sanitarias que se realizan en cada uno de los viajes, desde la atención a personas con discapacidad hasta labores de asistencia odontológica y educación bucodental –la prevalencia de caries en Senegal es del 96%. “Allí no se utilizan cepillos de dientes y consumen mucho azúcar para tener energía durante todo el día, y eso deriva en que mucha gente tenga diabetes y que las bocas estén destrozadas”, explica. Por esta razón, en la última expedición, que tuvo lugar del 14 al 20 de enero, se organizaron talleres de higiene bucodental a 1.300 niños en escuelas y Daaras y entregaron más de 800 cepillos y algunas pastas dentífricas. Del 16 al 26 de abril, volverán a hacer una expedición para poder tratar in situ el proyecto de reconstrucción de la escuela, aunque también viajará un traumatólogo y médicos para dar continuidad a las consultas realizadas durante el mes de enero.

Visita de Jërëjëf a la Asociación Keur Talibé Ndar, atención a los niños Talibé. Cedida

Eva también recuerda el día que fue con un grupo de médicos para atender a personas a las que les faltaban algún miembro o extremidad. “Les pusieron piernas ortopédicas y nos agradecían nuestra ayuda”. Y, en realidad, eran los propios voluntarios los que daban las gracias por la generosidad con que Senegal les trata.