De las preguntas nace la ciencia. Ante una incógnita –o algo que sorprende– el ser humano trata de buscar a toda costa la manera de responder al enigma. De esta forma, surge también la vocación científica y tecnológica de aquellos que, por medio de la observación o del análisis, saben encontrar la luz entre la oscuridad. Con el objetivo de solucionar las hipótesis y grandes desafíos que atañen a la vida cotidiana –sostenibilidad, contaminación, medioambiente, salud, etc.– de manera innovadora, más de 140 alumnos y alumnas de 15 centros educativos de ESO, Bachillerato, Formación Profesional y Educación especial, presentaron esta mañana los 45 proyectos que realizaron durante el curso en la Feria Elhuyar Zientzia Azoka / Nafarroa Teknozientzia, que repite por cuarto año consecutivo en la sala de exposiciones de Baluarte.
El acto de apertura de este evento contó con la presencia de Juan Luis García, consejero de Universidad, Innovación y Transformación Digital del Gobierno de Navarra; Paula Noya, directora de infraestructuras de Culturales de NICDO; y Jon Abril, coordinador general de Elhuyar, quienes destacaron que el 65% de los estudiantes participantes en estas jornadas eran mujeres. “Es una buenísima noticia, ya que, durante mucho tiempo, la Ciencia ha sido cosa de unos pocos. Hoy, con vuestro trabajo, estáis demostrando que eso está cambiando”, declaró García. En ese sentido, Noya quiso hacer mención a una frase que solía comentar la aviadora Amelia Earhart –primera mujer que voló y atravesó el océano Atlántico– cuando le decían que tenía mucho coraje: “Ella decía que no era valiente, sino que no le daba tiempo al miedo. Haced como ella y no dejéis que os metan miedo hacia las vocaciones científicas. Tenéis la capacidad todos y todas y sois la cantera del futuro científico de Navarra”.
Espacios para que vuelen las ideas
El consejero también les comentó a los estudiantes que “cuando se os da espacio, ideas y confianza, sois capaces de llegar muy lejos”. Y razón no le faltaba. En las asignaturas de ciencias de cada uno de los 15 centros educativos –Amazabal BHI, Andra Mari Ikastola, Askatasuna BHI, Biurdana BHI, C. Luis Amigó, C. San Cernin, CEE El Molino, CIP FP Sakana LH, IES Julio Caro Baroja, IES Mendillorri, IES Padre Moret-Irubide, IES Plaza de la Cruz, Liceo Monjardín, Otsagabia DBHI y San Fermin Ikastola– dejaron volar su imaginación y sus dudas. Y trataron de encontrar respuestas. Los estudiantes de Luis Amigó trataron de descubrir si había algún tipo de relación entre el peso de los toros, el número de heridos y la duración de los encierros de los Sanfermines. “Fuimos al Archivo Municipal de Pamplona para extraer los datos de los periódicos entre los años 1980 y 2024, y después de analizar todo, nos dimos cuenta de que no había cambios en el peso de los toros –una media de 561 kg–, pero el tiempo ha disminuido y, por tanto, la velocidad media ha aumentado casi el doble. Y también vimos que tampoco cambian mucho los heridos. Gracias a este proyecto, hemos conocido un poco más sobre nuestras tradiciones”, explicó Lucía Fernández, alumna de 4º de ESO.
Por su parte, Lujan Mata y Amaia Goikoa, alumnas de 1º de Bachillerato del Biurdana BHI, en la asignatura de Anatomía, les propusieron fabricar maquetas de los aparatos reproductores femenino y masculino con la intención de presentárselos al alumnado más joven. “Y hemos añadido unos proyectos digitales con preguntas interactivas para comprobar si se ha aprendido o no”, comentó Lujan. En su caso, ellas quisieron tratar las posibles enfermedades del sistema reproductor femenino, que, en muchos casos, son muy desconocidas. “Además de las maquetas, hicimos unos sobres en los que anotamos la sintomatología de cada una de las patologías. Y nos resultó muy interesante, porque no teníamos ni idea de varios, como el teratoma, que es un tumor con el que pueden aparecer huesos, pelo o dientes en los ovarios”, indicó Amaia.
Ser más conscientes de lo que se consume
Leyre Tápiz e Itxaro García, alumnas de 1º de Bachillerato del IES Julio Caro Baroja, querían probar la repercusión de las bebidas azucaradas en el esmalte dental. Descubrieron que las cáscaras de huevos guardan cierta semejanza con el esmalte en su composición y comprobaron los efectos perjudiciales del ácido fosfórico –responsable del sabor de los refrescos– en los dientes. “Lavamos y secamos las cáscaras, las sumergimos en cada una de las bebidas durante tres días. Después, comprobamos si se había producido algún tipo de modificación, como burbujas, grietas o tinciones. Y los volvimos a dejar en esos líquidos durante siete días. Pasado ese tiempo, los extrajimos y sacamos varias conclusiones”, explicó Leyre. Según los resultados, todas las bebidas azucaradas oscurecieron las cáscaras y las debilitaron. Y, en el caso de las bebidas energéticas, se formaron burbujas y grietas, aunque “la bebida que más daño causó en la cáscara fue la Coca Cola Zero. Esto nos ha hecho ser más conscientes de lo que bebemos y ahora tenemos más cuidado”, reflexionaron.