El uso compulsivo de las pantallas y las redes sociales es un problema en auge que preocupa a familias, centros escolares y expertos, y en el caso de Navarra algunos colegios han empezado a poner límites al uso de los móviles en clase y en patios. Este abuso de las pantallas es especialmente alarmante entre los adolescentes, con unas edades de inicio que llegan a los 11-12 años, según han advertido este jueves los responsables del programa Suspertu de Proyecto Hombre, en una rueda de prensa en la que han hecho balance de su actividad en 2024.
El director del programa, Garikoitz Mendigutxia, ha detallado que el año pasado el 15% de las atenciones que realizaron tuvieron que ver con los usos problemáticos de los móviles y ha añadido que se ha producido un aumento del número de derivaciones y coordinaciones con los profesionales de los centros de Salud Mental Infanto-Juvenil. Mendigutxia ha avanzado que cada vez llegan más menores al programa, que atiende a adolescentes de entre 13 y 20 años, con problemas relacionados con el móvil y las redes sociales: "Actualmente el 20% de las atenciones son por este motivo y hace 10-15 años se atendía algún caso de forma excepcional", ha apuntado.
Suspertu es un programa puesto en marcha en 1997 como respuesta a la demanda de ayuda de numerosos padres y madres de adolescentes que acudían a Proyecto Hombre preocupados por el consumo de drogas de sus hijos. Sin embargo, ese consumo no solía reunir las características propias de una adicción y precisaba una intervención de corte más preventivo que terapéutico. Además, estaba asociado a otras conductas como la agresividad, problemas psicológicos, absentismo o conflictos familiares.
98 menores ingresados en 2024
El año pasado el programa atendió a 137 menores, de los cuales 98 requirieron ingreso, un 50% más que en 2023. Este aumento, según ha señalado Mendigutxia, "tiene muchos factores, pero uno de ellos tiene que ver con esta nueva demanda creciente de problemas con las pantallas".
Una de las cuestiones que más preocupa a los expertos es la baja edad de inicio: "Hay chicos y chicas que vienen con usos muy problemáticos con 11 o 12 años, incluso ha habido algún caso extremo de abuso del móvil con 7 años. Al final son menores inmaduros que, más allá del uso problemático, están expuestos a los problemas que tienen los móviles y las pantallas", ha alertado.
El director de Suspertu ha explicado que el uso abusivo de las pantallas no tiene tanto que ver con el tiempo que se pasa con ellas "sino con las consecuencias que tiene en todos los aspectos, aunque ha reconocido que "hay casos muy preocupantes de padres que nos han llegado porque han visto que sus hijos tienen usos del móvil de 20-21 horas diarias. Dejan hasta de dormir para estar con le móvil".
Consecuencias del abuso
No obstante, las consecuencias de estos usos tienen una repercusión importante en las diferentes esferas que conforman la vida de los y las menores. En el ámbito escolar, por ejemplo, suele provocar un descenso del rendimiento académico o situaciones graves de absentismo. A nivel familiar, el pasar mucho tiempo con las pantallas puede derivar en una mayor conflictividad familiar, situaciones de violencia ante los límites o malestar psicológico por parte de los progenitores. Asimismo, el tiempo que pasan con el móvil no lo pasan con su entorno social y muchos menores dejan de quedar con sus amigos y de realizar actividades de ocio.
A todo esto, hay que añadir los riesgos relacionados con los contenidos y usos de las redes sociales u otros contenidos de la red: abuso de la pornografía; incorporación a espacios o grupos con prácticas de riesgo: autolesiones o conductas suicidas; contactos con adultos e implicación en redes de pederastia o prácticas sexuales de riesgo; participación en estafas o patrón compulsivo en compras y ventas de diferentes productos comerciales.
"Desde Suspertu asistimos sin alarmismo pero sí con preocupación a esta nueva realidad. Existen alternativas. Muchas de ellas pasan por el trabajo con las familias, por identificarnos como modelos de nuestros hijos e hijas, por supervisar de manera adecuada, por hablar e interesarnos con los menores acerca de lo que pasa en las redes o por establecer normas y límites adecuados y adaptados a la etapa evolutiva de los hijos e hijas", ha defendido Mendigutxia.