La intolerancia a determinados olores puede convertirse en un desafío cotidiano para algunas personas, y aunque no se trata de una afección médica frecuente, puede afectar de manera significativa la calidad de vida. Javier Fernández Ligero (@nutriligero), farmacéutico y nutricionista, ofrece pautas prácticas para quienes padecen este tipo de intolerancia, a fin de mejorar su bienestar a través de la alimentación.
Para los pacientes que experimentan sensibilidad o intolerancia a olores fuertes, como los provenientes de algunos alimentos, es esencial ajustar la dieta. El especialista sugiere evitar los alimentos ricos en azufre, como el ajo, la cebolla y ciertos vegetales crucíferos (coles de Bruselas, brócoli, repollo). Estos alimentos no solo pueden desencadenar reacciones adversas en el sistema digestivo, sino que también liberan compuestos que se asocian con olores penetrantes, lo que puede agravar la intolerancia a ciertos olores.
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Especias, lácteos y carnes rojas: moderación necesaria
El nutricionista también recomienda moderar el consumo de especias, especialmente las que tienen aromas fuertes como el comino, el curry, la pimienta o el pimentón, ya que pueden intensificar la intolerancia a los olores. En cuanto a los lácteos, se sugiere limitar la ingesta de quesos curados o semicurados, ya que estos alimentos, ricos en grasas y fermentados, pueden contribuir a la aparición de síntomas molestos en personas sensibles.
Del mismo modo, la carne roja es otro alimento que debe consumirse con cautela, ya que su digestión puede generar compuestos con olores fuertes, lo que podría empeorar la intolerancia a ciertos olores. Para aquellas personas con este tipo de sensibilidad, es recomendable recurrir a fuentes de proteína más suaves, como el pescado blanco, el pollo o las legumbres, que suelen ser mejor tolerados.
Suplementos y alimentos que pueden ayudar
Además de cuidar la alimentación diaria, algunos suplementos y alimentos específicos pueden contribuir a reducir la sensibilidad a determinados olores y mejorar la respuesta del organismo ante ellos.
El farmacéutico y nutricionista Javier Fernández Ligero recomienda incluir en la dieta alimentos ricos en antioxidantes y compuestos antiinflamatorios, ya que ayudan a disminuir la inflamación sistémica y a fortalecer el sistema inmunológico. Las frutas y verduras frescas, especialmente las de color verde y naranja (como las espinacas, el brócoli, la calabaza o las zanahorias), son grandes aliadas para depurar el organismo y favorecer una mejor digestión.
También resulta beneficioso incorporar probióticos naturales, como el yogur sin azúcar o el kéfir, que contribuyen a equilibrar la microbiota intestinal. Un intestino en buen estado mejora la tolerancia digestiva y puede reducir ciertas reacciones inflamatorias que se reflejan en mayor sensibilidad a olores o alimentos.
En cuanto a los suplementos, el especialista recomienda la vitamina C, un antioxidante que refuerza las defensas naturales del organismo y aminoácidos de apoyo metabólico, en dosis de 4 a 5 gramos por la mañana, que pueden contribuir a mejorar la energía y modular la respuesta inflamatoria.
Técnicas culinarias que pueden ayudar
Una de las recomendaciones que hace Fernández Ligero es optar por técnicas culinarias que minimicen la liberación de olores intensos. Cocinar a la plancha o al horno son opciones ideales, ya que permiten cocinar los alimentos sin que se liberen demasiados olores. Además, usar una tapa durante la cocción puede reducir la propagación de olores fuertes en el ambiente.
Por último, Fernández Ligero subraya que cada persona responde de manera diferente, por lo que conviene consultar con un profesional de la salud antes de iniciar cualquier suplementación o cambio nutricional. Un enfoque personalizado es clave para recuperar el equilibrio y mejorar la calidad de vida.