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Fondo Documental, vivero de Historia y Memoria de Navarra

El Fondo Documental de la Memoria Histórica en Navarra se nutre de un joven equipo de historiadores e historiadoras; con sus investigaciones, crece su base de datos abierta a la sociedad

Fondo Documental, vivero de Historia y Memoria de NavarraOskar Montero

El Fondo Documental de la Memoria Histórica en Navarra (FDMHN) es un proyecto de investigación de la UPNA, un órgano autónomo que depende orgánicamente de la universidad y está financiado por el Parlamento y el Instituto Navarro de la Memoria. Su origen se remonta al año 2009, cuando el Parlamento insta a la Mesa a firmar un acuerdo de colaboración con la UPNA para crear un fondo documental para la memoria histórica de Navarra, orientado sobre todo a la recopilación de las personas represaliadas en la Guerra Civil y en el franquismo. Con ambas instituciones en manos entonces de UPN, en 2011 se firmó el primer convenio de colaboración para cuatro años (2011-2015 ). Desde entonces, se han rubricado cuatro cuatrianuales, y, a partir de 2016, uno anual con el Gobierno de Navarra.

Su primer director, Emilio Majuelo Gil, hoy profesor emérito de la UPNA, da constancia de que “lo importante de sus inicios fue la puesta en marcha del Fondo Documental mediante el programa informático adecuado. Este, prestado generosamente por el grupo de investigación de las universidades gallegas Nomes e Voces, fue la primera herramienta que sirvió para ir construyendo nuestro propio proyecto”. Con el nuevo Gobierno de Navarra nombrado en el año 2015, gobierno de coalición entre EH Bildu, Podemos, Izquierda Ezkerra y Geroa Bai, se dio un salto cuantitativo y cualitativo. “Se implicó directamente en el Fondo mediante financiación de nuevos proyectos de investigación, aumento del número de personas investigadoras y con un nuevo programa informático mucho más completo”, detalla.

En los casi 15 años del recorrido del Fondo, destacan momentos claves: la colaboración y financiación del Ayuntamiento de Pamplona, que abrió la oficina pública de información sobre memoria histórica en la calle Mercaderes. “Fue un tiempo de mucha efervescencia y trabajo para la investigación, y muy rico porque se hicieron muchas entrevistas que se pueden consultar en el archivo municipal de Pamplona y en el Instituto Navarro de la Memoria. Otro empuje decisivo fue el acuerdo de colaboración que se hizo con la asociación de memoria histórica de Olite, Erriberri por la Memoria, y con la de Sartaguda, talleres de formación a personas de las asociaciones para recoger fuentes orales (entrevistas) de familias y personas represaliadas. Una labor muy importante y una documentación volcada en el Fondo Documental de la UPNA”, apunta el actual director Fernando Mendiola Gonzalo, profesor titular de Historia Contemporánea en la UPNA.

“El Fondo no es solo un proyecto de investigación que nace y se queda en la universidad, si no que es un proyecto de investigación que se construye para la sociedad y con ella, para contactar con el mundo educativo y con el tejido asociativo.de la memoria histórica pionero en la investigación desde los años 80”, relata Mendiola. 

De hecho, añade, gran parte de la información volcada viene de aquellas asociaciones anteriores y personas como, José María Jimeno Jurío, el grupo de Altaffaylla Kultur Taldea, otras investigadoras y familiares de las víctimas de la represión franquista. “La colaboración es bidireccional; nosotros mejoramos la base de datos con sus aportaciones y colaboramos en sus demandas memorialistas”.

Entre sus objetivos están: avanzar en los trabajos del tardofranquismo e inicios de la transición, denunciar los horrores de la dictardura, colaborar con alguna querella, contribuir al derecho de las víctimas a la justicia y a la reflexión social de forma crítica.

La base de datos es pública, recalca. Desde allí, animan a la gente a que consulte datos de su pueblo, y a los centros educativos. “Siempre está abierta a proporcionar la información que se nos pida y también a recibir. Hay personas que nos han donado sus documentos, es información muy valiosa” relata el director. Como servicio público, apunta EmilioMajuelo, “está al servicio de los usuarios posibles, tanto mediante su enlace con la web del FDMH, como en los enlaces pertinentes del Instituto Navarro de la Memoria. No es un archivo físico, por lo que las donaciones, préstamos o entregas de documentación se digitalizan y se redirigen los originales a sus propietarios”.

Según explica Mendiola, el asentamiento en los últimos años de los estudios relacionados con la Historia: Grado en Historia y Patrimonio, Máster en Historia y Memoria han hecho posible iniciativas de colaboración, becas anuales que oferta la UPNA, vía de llegada de alumnado de colaboración con el Fondo. “Se forma en las tareas de investigación y al mismo tiempo, contribuye al desarrollo de la base de datos y de la investigación”.

Las paredes de Los Abetos, edificio que alberga al Fondo, atestiguan a diario la labor del joven equipo que trabaja bajo la dirección de Fernando Mendiola y la coordinación de Nerea Pérez Ibarrola: las historiadoras: Lisabe Velasco Zozaya, Edurne Turrillas Bueno, Irune.Bueno Delgado, el historiador, Josu Santamarina. Otaola y la informática Izaskun Rodríguez Villar. Comparten pasión por la Historia a la que les llevó, declaran en una respuesta coral, “el deseo de conocer el pasado para comprender el presente”. Sienten la fortuna de trabajar en el Fondo y dar clases, un sueño imposible mientras estudiaban en tiempos de crisis o en pandemia. “Era impensable poder dedicarnos a lo nuestro, y menos aún , llegar a la investigación en este ámbito en condiciones sociolaborales dignas”, asevera Josu Santamarina. Cumplen con las funciones del Fondo, colaborativa y formativa: investigan,bucean en los archivos, publican, imparten clases y charlas. 

“La investigación histórica es la columna vertebral y tiene como meta la elaboración de una base de datos de personas represaliadas en Navarra tras el golpe del 36, o en otros espacios. Una base de datos con amplia modalidad represiva: exilio, depuración laboral, encierro, cautividad, agresiones de género, represión económica Las investigaciones se reflejan en esa base de datos de uso público y en publicaciones de las personas investigadoras publicadas en una serie de cuadernos de trabajo, Memoriapaper(ak), accesibles en la web de la universidad”, señala Mendiola. Además, parte del profesorado de Historia Contemporánea de la UPNA contribuye al Fondo con sus investigaciones.Y otros servicios, como el informático, que presta un soporte continuo a su tarea y facilita la investigación.

"El Fondo se construye para y con la sociedad, no es solo un proyecto de investigación" - Fernando Mendiola, director del FDMHN

“El trabajo informático es fundamental. La base de datos se desarrolla con el área de Ingeniería Informática de la UPNA y es compleja; exige un trabajo muy especializado y un conocimiento de estas herramientas”, admite Mendiola.

Historia, Memoria y Educación

Lisabe Velasco Zozaya, (27 años. Pamplona) Graduada en Historia por la Universidad Complutense (Madrid). Ha formado parte del Fondo desde 2022 y en la actualidad, trabaja en su tesis sobre la represión, resistencia y memoria de las viudas del bando republicano en Navarra durante el franquismo.

“Aunque suene a tópico, estudiar Historia nos permite entender el presente, cómo funciona la sociedad y ser conscientes del mundo que nos rodea. Personalmente, a mí me ha ayudado a ser más analítica. Las historiadoras nos dedicamos a analizar fuentes y a explicar con ellas acontecimientos o procesos históricos. Y esa forma de pensar te la llevas a todas partes”, expresa. Más allá de la propia labor de investigación sobre la memoria histórica, opina que la importancia del Fondo está “en el trabajo que se hace con familiares de personas represaliadas, dándoles un espacio para guardar información sobre sus seres queridos, pero también para descubrirla. Al año recibimos muchos correos de gente que contacta con el Fondo porque acaba de saber que en su familia también se sufrió represión. Estos momentos son muy conmovedores, de intensa emoción y gratitud, en los que te das cuenta de para qué sirve tu trabajo y su repercusión en la sociedad”, declara convencida. Cree en la transmisión y en el interés de la juventud por la Historia. “Eso sí, no podemos esperar a que vengan. Hay que acercarse y entrar en su espacio”.

Edurne Turrillas Bueno (23 años, Pamplona) Graduada en Historia y Patrimonio por la UPNA.Especialista en el estudio del movimiento obrero y de los movimientos sociales en Navarra en el tardofranquismo y la Transición, con especial atención al papel de las mujeres. “En el Fondo trabajamos sobre las tres premisas: verdad, justicia y reparación y ofrecemos un servicio a la ciudadanía y a las familias”, comenta. Tiene claro que “la memoria histórica no es solo recordar a las víctimas, si no aprender de lo que pasó para que no se repita”. En esto, otorga a la juventud un papel importante, “porque es la que mantiene viva y transmite la memoria Hay que acercarse a los jóvenes, eñseñarles a utilizar las fuentes y a desarrollar su propio pensamiento crítico para que puedan identificar los discursos engañosos”, advierte 

Para, Josu Santamarina Otaola, “estudiar el pasado es una herramienta necesaria para construir futuro. La memoria sigue viva y no se agota con la primera generación, si no que pervive en las siguientes”. Natural de Legutio (Álava) Doctor en Historia y Arqueología por la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) llegó al Fondo en abril de 2024 y ha trabajado como profesor asociado y sustituto de Historia Contemporánea en la UPNA desde 2023. Suma estudios históricos propios: represión sobre el colectivo de jueces y abogados (1936-1948). Dice que “el Fondo cumple con el deber social de elaborar una memoria crítica y de investigación rigurosa. Atiende asimismo, la demanda externa y acerca su conocimiento en ámbitos adultos a los que a la juventud le cuesta llegar”. En este sentido, dice Santamarina, “es difícil que la Historia pueda competir con ver reels en un bucle continuo como chute fácil de dopamina. Además, la inmediatez del presente no ayuda a mirar al pasado”. Por eso, detaca la aportación a los centros de base pedagógica de programas como Escuelas con Memoria del Instituto Navarro de la Memoria”.

Irune Bueno Delgado, 23 años, Ansoáin. Graduada en Historia y Patrimonio, con Título Propio en Patrimonio Antiguo y Medieval de Navarra, y Doble Máster en Educación Secundaria e Historia y Memoria (UPNA). Su entrada en el Fondo es de este 2025. Ha colaborado como investigadora en un estudio sobre la represión de las mujeres por el Tribunal de Orden Público (TOP) y en la represión al magisterio. 

“El trabajo diario contribuye al conocimiento de la represión y consecuencias de la Guerra Civil y la dictadura franquista, al compromiso social por la memoria democrática y es una herramienta esencial necesaria para la sociedad, un altavoz de experiencias y trayectorias personales y familiares”. Irune también piensa que la Historia interesa a la gente joven. “Aunque pensemos que los discursos de odio y negación están muy interiorizados en la gente joven, gran parte de esa juventud está comprometida con la justicia social, tiene inquietudes y preocupaciones sociales. Mi conocimiento puede influir a la hora de impulsar una reflexión crítica desde perspectivas actuales y muy necesarias, como es el género”, valora.

Izaskun Rodríguez Villar, 30 años (Ujué) Máster en Ingeniería Informática por la UPNA. Es la informática del equipo. Eligió la carrera “por su alta demanda y versatilidad” y trabaja en el Fondo desde mayo de 2021. Cuenta que su trabajo consiste en “arreglar los delirios de los historiadores” y más allá de la broma, demuestra que ambas disciplinas se complementan y potencian. “Gestión y análisis de datos, digitalización y acceso a fuentes, visualización y mapeo, uso de una página web, precisión y amplitud en los análisis, mayor accesibilidad y colaboración y por último, incluso, de facilitar líneas de investigación”.

Izaskun lleva toda la parte informática: mantenimiento y actualización tanto de la base de datos como de la página web, realiza diversas consultas que solicitan los compañeros o personas que piden información, hace los mapas que tanto gustan y participa en las comisiones de seguimiento con otras entidades. Se siente, sin duda, parte del equipo. “Tenemos mucha colaboración, cooperación y comunicación entre nosotros. Estamos comprometidos con el proyecto”, declara al tiempo que demanda la integración de herramientas avanzadas para mejorar la eficiencia de su trabajo y el resultado del Fondo.

María Guilera donó en 2022 al Fondo las cartas de su padre, José Guilera, prisionero en Roncal.

Con Fernando Mendiola en la dirección, el Fondo está coordinado desde 2020 por Nerea Pérez Ibarrola, de Pamplona. Licenciada en Historia (UPV/EHU) Doctora en Historia (UPNA) y profesora en la UPNA. Su trabajo toca el ámbito científico (investigación) administrativo (recursos humanos y contratos ) e institucional (convenios y reuniones con entidades). Concede al Fondo el carácter social de transferencia y vocación de socializar su conocimiento. “Las investigaciones revierten en la sociedad porque su actividad se inserta en el tejido social: familias, escuelas, entidades, instituciones y testimonios. Cuando una persona , después de una entrevista, te da las gracias por escuchar, por dar importancia a su historia… Sientes que la Historia y nuestro trabajo cumplen verdaderamente una función social”. Como base para desarrollar una labor aún mejor, Nerea Pérez dotaría al Fondo “de aquello que ayude a mejorar las condiciones de la investigación”.

Mendiola concluye: “Es muy gratificante ver la progresión de jóvenes investigadoras e invesigadores que trabajan en el Fondo, investigan y han podido acceder a contratos predoctorales. En este sentido, es fundamental la financiación para dar estabilidad en los empleos, mejorar las condiciones de trabajo y completar la labor social. Suma a esta reivindicación la de que hay que mejorar el acceso a los archivos (vigente la ley de secretos oficiales del franquismo) y el contacto con la sociedad. Todavía hay gente que dice: “¡Anda, si yo no sabía que podía consultar todo esto!”.

Hay crítica y autocrítica, pero también satisfacción por el trabajo de muchos años: “Por fin se ha podido afrontar uno de los temas claves de la historia reciente con medios y equipo”, ratifica Majuelo. Y el equipo del Fondo se mantiene dispuesto a darle cara a la Historia, a seguir creciendo en el campo de la memoria y la transmisión del conocimiento.