La enemistad entre las partes era manifiesta y los celos desataron una situación que, por suerte, acabó en un susto y ahora en una condena penal, pero que podía haber terminado de la peor forma. La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra ha condenado a una mujer a ocho meses de prisión y a año y medio de retirada del permiso de conducir después de haber intentado atropellar en el parking de un restaurante a su exmarido y a otras cuatro personas que le acompañaban, entre ellas la que era su nueva pareja en el momento de ocurrir los hechos. El Juzgado de lo Penal 4 había condenado a la acusada a 18 meses de cárcel y a la privación del permiso de conducir durante 4 años por el delito de conducción temeraria, pero la Audiencia ha atenuando dicha pena al estimar parcialmente el recurso que presentó la acusada.

El suceso ocurrió el 4 de julio de 2020 en el parking de un establecimiento hostelero de Navarra donde la víctima, el exmarido, había acudido a cenar con otro amigo y tres mujeres. Sobre las 00.00 horas, tras acabar de cenar, abandonaron el local y se dirigieron al aparcamiento donde habían dejado el coche. Entonces, la acusada, al verlos salir de allí, cuando circulaba con su vehículo por la carretera, entró al parking, aceleró el turismo y se lanzó a la zona donde estaban su exesposo y el resto de acompañantes con ánimo de acometerles, no llegando finalmente a alcanzarles ya que todos ellos se apartaron, corrieron y se refugiaron entre los coches que allí estaban aparcados. La procesada llegó hasta el final del parking, dio la vuelta derrapando, volvió a acelerar y se lanzó contra ellos. Luego, frenó bruscamente, bajó la ventanilla y se dirigió hacia el denunciante al que dijo: “Bonito, tendrás que presentar a ésta a tus hijos...”, abandonando a continuación el lugar.

CINCO PERSONAS TUVIERON QUE APARTARSE

La Audiencia no cuestiona los hechos probados en el juzgado, sino la extensión de la pena que se le impuso. Así, tal y como razonó el juez de lo Penal, avalan el testimonio de la víctima, que dijo que los cinco afectados se habían quedado “muy asustados” porque el coche “vino a toda velocidad” y que él incluso se tiró al suelo. El resto de testigos también compartió en el mismo sentido las apreciaciones vividas, en las que el juez resaltó que no apreciaba ningún tipo de móvil espurio y animadversión hacia la acusada, sino una declaración coherente, lógica y objetiva. Para el magistrado, resultó “claro el denominador común que quedó acreditado: la acusada, con su vehículo, se dirigió de forma agresiva hacia los peatones, provocando que estos tuvieran que refugiarse de forma urgente entre los coches para evitar ser atropellados”, zanjó la sentencia.