La titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Pamplona ratificó este miércoles el encarcelamiento de Fenling Yang, el hombre de 51 años que el pasado día 1 de julio mató en un bar del barrio de Ermitagaña de Pamplona a su pareja, Zhen Jiang (Eva), a la que atacó en la cocina del establecimiento “por detrás” con un machete.

Según recoge la magistrada en la resolución judicial, que puede ser recurrida, el investigado, de nacionalidad china como la víctima, comenzó la agresión con “tal violencia” que prácticamente anuló cualquier posibilidad de defensa. La “brutalidad” del primer golpe en la parte derecha de la nuca, unido a un segundo ataque al cuello, que se lo seccionó, provocaron la muerte de la mujer sin posibilidad de que pudiera hacerse nada por su vida.

Al igual que cuando compareció ante la juez de guardia el pasado día 3 de julio, el imputado se volvió a acoger este miércoles a su derecho a no declarar. En la comparecencia celebrada en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Pamplona, el Ministerio Fiscal solicitó la ratificación de la prisión provisional comunicada y sin fianza, una medida a la que se adhirió la letrada del Servicio de Atención a la Mujer del Colegio de Abogados y a la que no se opuso el abogado defensor.

La magistrada sostiene que los hechos pueden calificarse inicialmente como constitutivos de un delito de asesinato con la circunstancia agravante de género y de un delito de maltrato psicológico habitual.

Sin arraigo

Argumenta que debe mantenerse la prisión provisional porque el investigado carece de arraigo laboral y familiar en España y cuenta con una condena por un delito de violencia de género, por la gravedad de los hechos, porque las penas a las que se enfrenta en este procedimiento son muy elevadas y por la necesidad de preservar el resto de las diligencias de investigación que quedan pendientes.

Explica la magistrada en el auto que los primeros indicios recogidos por la juez de guardia se han visto confirmados por la instrucción realizada hasta el momento, que ha consistido en la autopsia de la fallecida, la inspección ocular inicial del lugar de los hechos y la declaración de los hijos de la víctima y allegados de la pareja.

Se conocieron en Semana Santa

Al respecto, los citados testigos han confirmado que la fallecida y el encausado eran pareja. Se habían conocido en una fecha sin determinar con exactitud, Semana Santa aproximadamente.

En mayo, el investigado, que no residía en Pamplona, vino a cenar con la víctima y sus hijos y familiares. Ella se los presentó como pareja y posible socio para abrir un negocio. Desde su divorcio, el investigado fue la única persona a la que la fallecida había presentado a sus allegados como compañero sentimental.

Las declaraciones testificales, según relata la juez, fijan el inicio de la convivencia una semana antes de la apertura del bar Anayak, es decir a finales de mayo, dado que el local se abrió en junio.

Discusiones laborales

Y fue precisamente este hecho el que supuso un cambio radical en la pareja. Comenzaron los problemas, según relataron los testigos —amiga y compañera de trabajo, cuñada, hijos— con discusiones habituales entre ellos por cuestiones laborales “dado que el investigado no aceptaba que la víctima, como mujer, le dijera cómo llevar el negocio”.

El hombre, que le culpaba a ella de la mala marcha del negocio, llegó a pedirle en una de las discusiones su parte. La situación resultó tan insostenible que la mujer le echó de casa el 29 de junio. El inculpado recogió sus pertenencias y se marchó a dormir presumiblemente al bar, no sin antes haberle deseado a la mujer su muerte “con una expresión china”.

La mañana del 1 de julio, cuando la víctima estaba cocinando en dicho local, fue atacada por detrás. Recibió un primer machetazo “tan fuerte en la parte derecha de la nuca” que le provocó una herida incisa de 4,5 centímetros de longitud. Le originó una fractura incompleta de la calota (parte superior del cráneo). Con el mismo machete, recoge el auto, le seccionó posteriormente el cuello, tráquea incluida.