El primer incendio declarado en Navarra en una techumbre con una instalación superpuesta de placas solares, asentada sobre una plancha de madera, resultó un “trabajo penoso, duro y frustrante, pero sabíamos que la estructura era segura y que el fuego era difícil que llegara al exterior o pasara a otro lado”. Así lo recuerda Alberto Garde, suboficial de Bomberos, en el tajo desde la tarde del martes al igual que los 40 efectivos de cinco parques que acudieron a la extinción del fuego en la sede de la Policía Municipal de Pamplona. “Teníamos allí todos los medios posibles y lo que hicimos fue asegurarnos de que no se iba a propagar a otros edificios. Incluso la Pamplonesa nos recordó que allí tenían el archivo histórico de letras y que podía estar en serio riesgo. Por suerte, no se filtró agua al interior del edificio y no hubo peligro. El tejado de hormigón tenía también una tela asfáltica que nos preocupaba porque ese elemento proseguía en el resto de edificaciones y lo que hicimos fue proteger ese elemento en el resto de superficies que no se estaban quemando. Txentxo, otro suboficial al mando ayer a la mañana, explicó las dificultades existentes para apagar un fuego así. Llegar a las llamas no fue nada sencillo, pero el mayor problema fue que la instalación fotovoltaica, que ya de por sí es compleja de extinguir, presentaba varios puntos de ignición.
Según explicó, al desmontar las placas para llegar a la madera que ardía el fuego adquirió más fuerza, como si fuera una chimenea. Así se fue extendiendo por todo el frente fotovoltaico hasta que se hizo irreversible apagarlo y las labores se centraron en confinarlo en esa cubierta y que no se extendiera a otras zonas.
"Como una chimenea"
"Al llegar había humo y varias placas con una mancha negra visible. Son elementos con tensión y corriente eléctrica. Había que desmontar las placas y desconectarlas de la red, porque hay un riesgo añadido eléctrico, ya que se trata de voltajes elevados. Cuando haces eso, lo que ocurre es que el fuego coge tiro, como si fuera una chimenea, coge fuerza al quitar la placa pero no hay otra manera de hacerlo, esa es la solución. Lo que más llama ha generado es esa plancha de madera que había debajo de las placas, que tenían aislante. Pero lo que hablamos, al desmontar la placa para llegar al fuego, generas un tiro de aire y por eso es frustrante un incendio así".
Txentxo, al mando de las operaciones ya de remate este miércoles, explicaba que "cuando llegas a un fuego así puede haber poco humo, pero al desmontar la instalación fotovoltaica para llegar al fuego, es cuando ese incendio se reaviva".
"Sabes que se va a quemar y siempre intentas cortarlo, incluso hacemos cortes con motosierra en la madera, pero había varios puntos de fuego en la madera distantes entre sí. No era una placa, eran varias", relata.
Añadía que "también hay que tener cuidado con la extinción porque está claro que solo se apaga con agua pero hay que echar de tal manera que no se filtre demasiada. Parece que a las oficinas solo se ha filtrado de manera puntual porque lo que hay debajo de lo que ha ardido es un forjado de hormigón. Ahora será importante desescombrar cuanto antes, hay que remover la madera, apagar brasas y quitarlas por si vienen lluvias importantes pronto y se puede dañar el interior del edificio".