El docente de Secundaria que se enfrenta a 180 años de cárcel está diagnosticado del trastorno del control de los impulsos en la esfera sexual, centrado en la actividad de observar la vida de los demás, cuadro que afectaría de forma leve-moderada a sus capacidades, según la Fiscalía.
La propia defensa del acusado, que solicita que la vista oral se celebre a puerta cerrada, ha presentado un escrito en el que reconoce la captación y grabación de las intimidades, pero niega cualquier difusión, cesión, revelación o uso de dichas imágenes. Asimismo pide perdón a las víctimas y ofrece a reparar económicamente a las mismas con 3.000 euros para cada una de ellas.
“La realidad es que toda su intervención fue realizada y agotada con carácter de rígida y total individualidad, procediéndose de un impulso patológico que se acababa y agotaba en el borrado prácticamente inmedianto y sin ninguna otra trascendencia”, dice en su escrito. La Audiencia ha pedido a las partes personadas que a la vista del reconocimiento parcial de hechos aclaren si quieren mantener las pruebas propuestas para el juicio.