Un policía foral fuera de servicio destinado en la comisaría de Tudela ha tenido este fin de semana una intervención decisiva con un niño de unos 10 años que estaba atragantándose a consecuencia de un caramelo.

El policía, que se encontraba con su familia en la terraza de las instalaciones, reaccionó a tiempo cuando observó la emergencia que se estaba produciendo a su lado, cuando un niño tenía síntomas de atragantamiento. Fue entonces cuando cogió al chico y le practicó la maniobra de Heimlich y a los pocos segundos el niño pudo expulsar el caramelo y recuperarse.