Una victoria de prestigio para el Promesas

Avisaba muy pronto el Promesas cuando una entrada de Max por el perfil izquierdo con centro raso al balcón del área lo remataba en carrera Osambela, algo mordido y a los guantes de Irazusta. Respondían los locales en un córner de Alain Oyarzun, jugada mil veces estudiada por los rivales pero que siempre crea angustias, como en el remate en el segundo palo de Escobar a los siete minutos.

Buján, novedad en el once, era el siguiente en probar desde la larga distancia para los de Castillejo, fieles a su receta de valentía, de querer la pelota y de pisar campo adversario. El partido era muy entretenido, con otro disparo de Osambela que despejaba la zaga txuribeltz a córner y una falta de Alain Oyarzun con estirada de Stamatakis para desviar a línea de fondo.

Una entrada de Ander Yoldi a los 22 minutos hasta línea de fondo casi suponía un autogol vasco en el centro del talentoso zurdo, con polémica en un gol anulado a Osambela a los 26 minutos tras un barullo en área chica irundarra sin que quedara claro el motivo.

También pedía penalti el Real Unión en una caída de Joseca ante Guillem, pero al minuto llegaba el uno a cero cuando en un servicio en profundidad, Escobar le ganaba la partida a un Gárriz muy blandito para definir casi sin ángulo y por raso con un chupinazo cruzado por debajo del cuerpo del meta pamplonica. Pero la reacción de Osasuna Promesas fue ejemplar, y nada más sacar de centro un balón bombeado en el balcón del área lo recogía Ander Yoldi y con su pierna menos buena, la diestra, igualaba al soltar un gran disparo pegado al palo.

Creaba peligro el Real Unión en remates de Baz y Alain, pidiendo penalti en un derribo de Adama a Iván Pérez cerca de línea de fondo que pareció bastante claro. Un testarazo del propio Iván Pérez encontraba la parada de la jornada de Stamatakis, magistral de reflejos, y cuando se mascaba el dos a uno, en el añadido lo que llegó es el 1-2 al aprovechar Eneko un balón suelto para soltar un zurdazo letal. Remontada rojilla, porque el fútbol no son merecimientos sino aciertos.

La segunda parte comenzaba con dominio casi total del Real Unión, pero con una defensa casi perfecta del Promesas. Los txuribeltz creaban peligro en las jugadas a pelota parada, faltas y córners al área, y en una contra se estorbaban mutuamente Svensson y Molina, Max y Guillem, desperdiciando el uno a tres. Montoro llevaba peligro conm un disparo defectuoso desde cerca del punto de penalti y el Promesas se asomaba al marco local en un cabezazo bombeado de Agirre que Irazusta sacaba por encima del travesaño con apuros.

Una entrada de Íñigo, una pesadilla por el perfil diestro irundarra, la remachaba de primeras Solís a las mallas en una hermosa diana local, pero Osasuna Promesas reaccionó bien creando peligro en sendos remates desviados de Mutilva y Agirre. Al final, un chut de Rabadán en el área tropezaba en Baz y el colegiado pitaba penalti, muy protestado por los locales al considerar que el defensa tenía el brazo pegado al cuerpo. Agirre no perdonó engañando al meta local.

De ahí al final, un nombre propio, Dimitrios Stamatakis. Primero su colega Guillem Molina le echaba una mano sacando sobre la línea con la testa un chupinazo de Escorcia, y luego el meta heleno se lucía en tres paradones en los seis miunutos de añadido. Los remates de Solís, Rivero y Vidorreta encontraban la firma respuesta del arquero, que acababa sacando a córner un centro chut potente de Escorcia ya a los 97´. Recital clave para sumar una gran victoria.