Osasuna Promesas sufrió este domingo la derrota más abultada en 32 años de participación en la tercera categoría (antes Segunda B, ahora 1ª RFEF). Un grupo de jugadores irreconocible y sin capacidad de reacción, entregó el partido para el minuto 10 con el 1-0. El sistema defensivo, blando y sin presión sobre los rematadores, quedó en evidencia con el 3-0 en el minuto 37. En ese momento comenzaron a calentar varios jugadores rojillos y, por instantes, llegó a parecer que Santi Castillejo podría realizar más de un cambio antes del descanso, pero no lo hizo. Esperó a la pausa para retirar del campo a Gárriz y Osambela.
La segunda parte, a pesar de los cambios, ofreció una imagen sonrojante del Promesas, llegando a estar 7-1 en el marcador. Los dos goles de cabeza del central Diego Espejo, en jugadas a balón parado, maquillaron el resultado. Un 7-2 que es la derrota más abultada desde la temporada 1992-93, cuando el filial salió vapuleado de Baracaldo por 7-1.
Curiosamente, y pese a las dos últimas y abultadas derrotas, el Promesas está a dos puntos de la zona de descenso y a tres del play-off.