Si tuviera que decir cuál es una de las aplicaciones más utilizadas, que tiene el mayor nivel de rentabilidad y que es la más desconocida del mundo tecnológico, lo tengo muy claro, estamos hablando de Twitch. Entender su funcionamiento y su éxito no es fácil si no estás metido de lleno en el mundo de los videojuegos, las partidas en directo y, por supuesto, en todo el ecosistema de los youtubers, una revolución silenciosa en cuanto a la creación de contenidos y nuevas profesiones.

Para entender esta herramienta tenemos que remontarnos a sus orígenes, antes de que fuera comprada por el gigante Amazon. La idea era ofrecer la retransmisión en directo de partidas de videojuegos. Imaginar la emisión de un partido de fútbol pero desde una consola nos resulta sencillo porque se parece mucho a la vida real, pero gracias a juegos de estrategia como el League of Legends (LoL) se ha llegado a las cifras actuales: 17,5 millones de visitantes diarios y una audiencia constante de 1,5 millones. Si de verdad quieres entenderlo date un paseo por la plataforma y enreda por los diferentes canales.

En la actualidad el tipo de emisiones en directo se ha ampliado a campos como la música, las charlas a veces relacionadas con el deporte pero en muchas ocasiones de temas políticos, tecnológicos o de estilo de vida y un sinfín de contenidos que hacen que cada mes se ofrezcan más de cuatro millones de opciones diferentes de distintos creadores de contenido. Si quieres compartir contenido es tan sencillo como tener una cuenta y dedicarte a stremear tu contenido en tiempo real.

De la potencia de tu emisión, de la interactividad con tus seguidores a través del chat y de la suerte, va a depender que tu canal sea uno de los de más éxito y que por tanto consigas tener suscriptores de pago que mensualmente te harán ganar dinero. Pero te van a poner unos requisitos si quieres ser un afiliado con derecho a ingresos: transmitir al menos ocho horas en el último mes, en siete días diferentes, tener al menos tres espectadores en cada una de tus emisiones en directo y tener cincuenta seguidores nuevos cada mes, sin perder ninguno. A partir de ese momento el 50% de lo que pagan tus suscriptores va para tu bolsillo. Si superas todas estas cifras pasarás a ser socio, pero eso ya son palabras mayores y una dedicación casi en exclusiva.

Si solo eres consumidor de contenidos puedes apoyar a un creador haciéndote suscriptor por 4,90 euros al mes. Ahora Twitch quiere que más gente utilice la plataforma pasando por caja y la mejor fórmula es la de rebajar el precio de las suscripciones, lo que también va a suponer una bajada de los sueldos de los creadores de contenidos profesionales.

La mayor parte son jóvenes que han visto cómo su cuenta corriente ha engordado de golpe y cómo de la noche a la mañana podían comprarse un coche, una casa o lo que les apetecía, sin darse cuenta o entender su trabajo como un verdadero negocio, en el que este tipo de altibajos se pueden dar y en el que hay que hacer un plan administrativo financiero.

Los streamers más famosos disponen de agentes, gestores y empresas detrás de ellos que los ayudan a conseguir jugosos contratos publicitarios, fuera de la emisión de contenidos. En las escuelas de negocios está bien hablar de las sociedades mercantiles tal y como las hemos conocido hasta ahora, pero tenemos el reto de actualizar estos estudios hasta lo que suponen las nuevas compañías que se crean gracias a Internet.

@juandelaherran