Zúrich. El escondite es un juego al que casi todo el mundo ha jugado, pero lo que representa una novedad es hacerlo con una rata. Expertos de la Universidad Humboldt de Zúrich han enseñado a estos roedores a jugar y, según parece, se les da bien tanto ocultarse como buscar. Las ratas que aprendieron el juego no recibían como premio alimento, sino cosquillas o caricias. Los científicos enseñaron a las ratas una versión simplificada del escondite y bastaron unas semanas para que fueran capaces de jugar, tanto a esconderse como a buscar. Cuando las ratas tenían que encontrar a un humano, lo hacían sin detenerse hasta dar con él, mientras que cuando era su turno para esconderse permanecían quietas hasta ser descubiertas, explicó la firmante principal del estudio, Annika Reinhold. Los resultados muestran que "los animales se convirtieron en jugadores estratégicos que empleaban búsquedas sistemáticas, señales visuales e investigación de escondites anteriores de sus homólogos humanos".