Mary McCarthy, una mujer neozelandesa, sufría de dolor crónico en la nariz y ahora descubrió el motivo: una ficha de un juego de mesa que se introdujo en una fosa nasal de niña y estuvo 37 años alojado allí.

Se conoce que la mujer se sometió a una PCR para detectar si tenía coronavirus, y después de que le introdujeran el hisopo por la nariz, el dolor y las molestias empeoraron, y se detectó una infección.

Los médicos encontraron un cuerpo extraño y fue sometida a una operación quirúrgica, en la que los cirujanos hallaron una pieza amarilla, que había creado calcificaciones a su alrededor, procedente de un conocido juego de mesa.

La mujer recordó entonces que siendo una niña y jugando con sus hermanos, se metió varias fichas para jugar a expulsarlas exhalando por la nariz. Pero en una de las ocasiones, inhaló, y la pieza se quedó dentro de sus fosas nasales.

La pequeña Mary tenía miedo de contarle a su madre lo que había hecho, y con el tiempo se fue olvidando de su trastada, pese a que desde entonces tuvo problemas para respirar.