línica Baviera llegó en el año 2001 a Pamplona (calle de Monasterio de Vadoluengo, número 4) para atender las necesidades de los navarros y mejorar su calidad visual. Desde el principio, la compañía centró todos sus esfuerzos en ofrecer la mejor calidad y los tratamientos más innovadores. Después de 20 años de trabajo y esfuerzo, Clínica Baviera Pamplona se ha consolidado como un referente en la ciudad y en la comunidad.

El centro de Clínica Baviera en Pamplona cuenta con un equipo humano de 13 profesionales, todos ellos con una amplia experiencia en el sector de la oftalmología, entre los que destaca su cuadro médico integrado por tres oftalmólogos: los doctores Julia Méndez, Rosa Rodríguez Conde y Manuel Salaberria. Además, clínica dispone de diferentes unidades especializadas para dar respuesta a los problemas visuales más frecuentes; Unidad de Cirugía Refractiva, Unidad de Presbicia y de Cataratas, Unidad de Glaucoma y Unidad de Retina.

Por otra parte, consciente de su papel en la sociedad, desde sus orígenes la clínica se ha posicionado como una empresa solidaria, realizando numerosas acciones de Responsabilidad Social Corporativa. Tales como campañas de salud visual para la concienciación de las patologías visuales, recogida de gafas con destino a países en vías de desarrollo o revisiones visuales gratuitas a personas de colectivos vulnerables.

especialistas en cirugía refractiva láser e intraocular

Desde su fundación, Clínica Baviera Pamplona ha sido pionera en cirugía refractiva y en cirugía con lente intraocular. Además, el hecho de disponer de quirófanos propios en la clínica ha aumentado la accesibilidad de sus pacientes a la cirugía. Tanto es así que en estos años se han realizado en sus instalaciones 21.850 tratamientos de cirugía refractiva y cerca de 4.500 cirugías intraoculares.

La cirugía refractiva es un conjunto de técnicas quirúrgicas que tienen como finalidad eliminar los defectos refractivos de miopía (mala visión lejana), hipermetropía (mala visión cercana) y/o astigmatismo (visión borrosa). Estos son los problemas visuales más comunes y están relacionados con el modo en que la luz impacta en la retina. Con la cirugía láser se moldea la córnea para que las imágenes se proyecten correctamente logrando una visión óptima.

En general, una persona es candidata a la cirugía láser a partir de los 18 años, siempre y cuando cumpla los requisitos necesarios: que su graduación se haya mantenido estable al menos durante un año y que goce de una buena salud visual, independientemente de su problema de refracción.

No obstante, el posible candidato debe de realizar unas pruebas oftalmológicas específicas para confirmar que puede llevar a cabo la corrección con láser con total seguridad. Estas pruebas son muy simples y consisten en hacer una exploración completa del ojo, haciendo hincapié en el estudio de la cornea que es donde se va a trabajar con el láser.

La cirugía refractiva láser destaca por su eficacia, seguridad y predictibilidad. Además, la operación es sencilla para el paciente, ya que se realiza de manera ambulatoria (sin hospitalización), con anestesia tópica (gotas) y el tiempo de recuperación suele ser corto.

Aunque la corrección visual por láser es el tratamiento más frecuente para solucionar los defectos refractivos, en los pacientes que, por las características de su ojo o por su alto grado de refracción, no sean candidatos, existen otra serie de técnicas como la cirugía intraocular, que consiste en colocar una lente para corregir el defecto refractivo.

Por otra parte, a partir de los 40-45 años, los pacientes suelen acudir a la clínica para solucionar la presbicia (vista cansada), un defecto visual que ocasiona que el paciente no pueda ver los objetos cercanos y, una vez superados los 60, las cataratas (que aparecen cuando el cristalino se opacifica).

En estos casos, la cirugía consiste en sustituir el cristalino, que ha perdido su capacidad de enfoque (presbicia) o que se ha vuelto opaco (cataratas), por una lente intraocular multifocal que hará su función devolviendo al paciente un buen rango de visión a todas las distancias (próxima, intermedia y lejana). Asimismo, como las lentes son personalizadas, con esta técnica se pueden tratar otros defectos asociados, como la miopía.

Problemas visuales más frecuentes en Navarra

Según el último Estudio de la Visión en España llevado a cabo por Clínica Baviera, cerca del 82% de los navarros mayores de 18 años padece algún defecto visual, dato ligeramente superior a la media nacional que se sitúa en el 80%.

El estudio indica que la miopía es el problema visual más común entre los navarros con un 41,6% de afectados. Sobre todo, se registra en jóvenes de 18 a 24 años y los que la sufren tienen dos dioptrías de media.

“La miopía -explica la Dra. Julia Méndez, oftalmóloga de Clínica Baviera Pamplona- es un defecto refractivo que se manifiesta cuando una persona percibe borrosos los objetos lejanos debido a que la imagen se forma delante de la retina, bien porque la córnea es muy potente, o bien porque el ojo es más largo de lo habitual”.

Esta alteración del sistema visual puede desarrollarse desde la infancia y suele variar con el paso del tiempo, produciéndose cambios en la graduación. Por regla general, la miopía tiende a estabilizarse con los años. A pesar de ser un defecto muy común, sus causas exactas se desconocen. Existe un componente hereditario, pero no todos los afectados tienen antecedentes familiares de miopía.

“Actualmente -expone la doctora Méndez- estamos experimentando un aumento de la incidencia de la miopía, sobre todo en edades tempranas”. Los últimos estudios apuntan a que un “exceso de acomodación” podría estar aumentando su prevalencia. Esto ocurre porque el ojo humano está diseñado para la visión lejana pero nuestra vida diaria hace que utilicemos con más frecuencia la visión cercana que la lejana, cuando leemos un libro o usamos un dispositivo electrónico por ejemplo. Por eso, “se recomienda seguir estas pautas básicas: mantener una correcta distancia de lectura (unos 40 centímetros), leer con una buena iluminación (mejor trabajar/leer con luz natural, evitando reflejos y ejercitar la visión lejana realizando deportes al aire libre, sobre todo en los niños y adolescentes”.

“Además, -continúa la doctora Méndez- en caso de padecer miopía es recomendable llevar las gafas y lentillas bien graduadas, ya que existe la falsa creencia de que se debe limitar el uso de las gafas para que el ojo ‘no se acostumbre a ellas’ o, incluso, que es bueno llevar gafas o lentes de contacto con menos graduación de la requerida. Este tipo de afirmaciones no poseen fundamento científico alguno y llevarlas a cabo puede ser perjudicial para la vista, sobre todo en el caso de los niños”.

La presbicia o vista cansada se sitúa en el segundo puesto de la clasificación de los trastornos visuales más comunes, con cerca de un 40% de navarros que la padecen. Dado que la presbicia está directamente relacionada con la edad y suele comenzar a aparecer a partir de los 40 años, su prevalencia aumenta según se van cumpliendo años. Por lo que un 61,5% de los navarros entrevistados de más de 40 años la padece.

Según afirma la Dra.Rosa Rodríguez Conde, también oftalmóloga de la clínica, “la presbicia se produce porque nuestro cristalino, que es una lente que tenemos dentro del ojo y que es capaz de enfocar de lejos y de cerca, envejece y va perdiendo la capacidad de enfocar los objetos que tenemos más próximos. Es, entonces, cuando necesitamos las gafas de cerca para poder verlos. Primero, las vamos necesitando para realizar algunas actividades y, posteriormente, se vuelven imprescindibles”.

En tercer lugar se encuentra el astigmatismo, desarrollado por un 39% de los navarros participantes en el estudio. En este caso, la media de dioptrías se sitúa en 1. Además, la mayoría de las personas con astigmatismo, un 93,4%, tiene también otro defecto visual.

Al mismo tiempo, existen otros problemas de la vista como la hipermetropía, las cataratas o las enfermedades de retina que, aunque tengan un índice de desarrollo menor entre la población, también son bastante frecuentes.

En este estudio también se ha analizado los hábitos de salud ocular de la población que recoge que más de un 40% de los navarros no se revisan la vista con la frecuencia recomendada (al menos una vez cada dos años), mientras que casi el 60% si revisa su vista de forma habitual.

“Merece la pena recordar que -concluye la doctora Rodríguez Conde- para las personas sanas de entre 18 y 49 años lo recomendable es realizarse una revisión oftalmológica cada dos años. Mientras que para los niños, los mayores de 50 años, las personas con diabetes, las personas con miopía magna (más de 6 dioptrías), con patología visual o antecedentes de patología visual lo ideal es revisarse la vista anualmente”.