Que el curso pandémico iba a presentar una factura importante en lo referente a la salud mental era un desenlace esperado, pero todavía quedaba por conocer cuál sería el coste final del impacto emocional que causó en la población algunas consecuencias del virus como el confinamiento o el duelo por los cientos de pérdidas. Superada la alerta y ya sumidos en la estabilidad de un bajo número de contagios, el foco se dirige ahora hacia ésta y otras problemáticas que coparán gran parte de la atención sanitaria en el futuro inmediato.

Las cifras que conforman el punto de partida de este nuevo reto son de una magnitud importante. La Red de Salud Mental de Navarra atendió a 21.538 personas el pasado año, lo que equivale a 32,6 por cada mil habitantes. De todas ellas, 7.816 (un 36,29%) fueron de pacientes nuevos que debutaron con un trastorno mental. En el caso de la depresión, una de las patologías psiquiátricas con más prevalencia, se trataron 3.409 casos, los cuales representaron un 15,8% del total de las atenciones.

Entre los más de tres millares de casos de esta afección, 82 necesitaron hospitalización debido a un cuadro mayor grave F32 (episodio único) o F33 (episodio recurrente). Su estancia media de ingreso fue de 18,8 días, cifra muy superior al resto de la patología médica general.

Todas estos números, que en conjunto exponen un problema de importante dimensión, fueron revelados por el Manuel Cuesta, jefe de Psiquiatría del Complejo Hospitalario de Navarra, durante el Foro Depresión y Suicidio, celebrado de forma telemática el pasado mes de septiembre. En él, diferentes expertos en la atención a la salud mental de la Comunidad Foral recalcaron la importancia de abordar este problema y coincidieron en objetivos como quitar el estigma a la depresión o la necesaria coordinación con Atención Primaria para mejorar, entre otras cosas, la detección precoz.

EL ESTIGMA, UN PROBLEMA

“Es importante hablar de salud mental porque hay un estigma asociado”, explica el doctor Cuesta, que asume que aunque éste sea “poco cuantificable” tiene “una repercusión importante” en el diagnóstico de la enfermedad. “El estigma es un componente multidisciplinar, donde se forman estereotipos sociales en las personas. Se asocian elementos emocionales, causas sociales y comportamentales” que “muchas veces contribuyen a conformar ese estigma y autoestigma que es una lacra todavía hoy en depresión y suicidio”, desarrolla el jefe de Psiquiatría, que incide en la importancia de que “el enfermo no introyecte estos sentimientos y pueda buscar ayuda adecuadamente disminuyendo” un estigma social de la que pocos se salvan. “Todos los que nos dedicamos a la salud mental estamos tocados por este estigma, porque nadie discute sobre la patología cardíaca, pero todos discutimos por la depresión”, reconoce.

Uno de los enemigos de la salud mental y que contribuyen a desarrollar ese estigma es, por ejemplo, el cine. “No nos ayudan grandes éxitos como películas que asocian patología mental grave con agresividad”, se lamenta Cuesta, que pone como ejemplo a la aclamada Joker. “Estas películas incrementan los niveles de prejuicio hacia las personas con enfermedades mentales. La asociación de enfermedad mental con violencia erosiona el apoyo a las políticas beneficiosas para los enfermos mentales y pueden exacerbar el autoestigma, lo que lleva a retrasar la búsqueda de ayuda”, razona.

FACTOR DE RIESGO PARA EL SUICIDIO

La depresión, además de ser un grave problema de salud por sí mismo, es también un importante factor de riesgo para el suicidio. Por ello, se antoja clave mejorar en “una intervención precoz” para conformarla como “una estrategia de prevención para la reducción de los actos suicidas”, tal y como concluye el jefe de Psiquiatría del CHN.

Con él coincide Manuel Martín Carrasco, director médico de los centros Hermanas Hospitalarias en Navarra y vicepresidente de la Sociedad Española de Psicología, que recuerda que “el riesgo de que se produzca una conducta suicida es hasta 21 veces superior” en gente con un problema de salud mental en comparación con la población general.

La directora del Plan de Prevención de Suicidio, Adriana Goñi, certificó que durante el confinamiento de los meses de marzo y mayo “no hubo prácticamente suicidios”, pero en cuanto se salió de la situación “en junio y julio se dispararon”, con ocho consumaciones en cada uno. “Es una cifra tremenda para una comunidad como Navarra, que solemos tener cuatro en un mes”, atestigua Goñi.

Con los datos aportados el director general de Salud, Carlos Artundo, no es muy optimista. “Probablemente ya estamos viendo el impacto de la covid-19 en la salud mental, y lo veremos en los próximos años en suicidio”, vaticinó.

Para evitar ese pronóstico el gerente de Salud Mental, Iñaki Arrizabalaga, pone el foco en tres momentos de gran riesgo, “al inicio del episodio depresivo, al inicio de la mejoría del cuadro clínico, y a los pocos meses de un alta hospitalaria, si la ha habido, cuando a pesar de la mejoría clínica el paciente no es capaz de enfrentarse a su nivel de adaptación previo”. Por ello, un “elemento muy importante” es “la coordinación y colaboración con Atención Primaria y la importancia de desarrollar espacios de colaboración donde podamos trabajar detección precoz”, elementos de prevención con los que coincidieron el resto de expertos.

Otro de los ámbitos a mejorar es la educación, puesta de relieve por Elena Alsa, presidenta de la asociación Besarkada-Abrazo. “Necesitamos más educación en salud mental, los pacientes no saben identificar la enfermedad”, reclama, subrayando la necesidad tanto de “mayor información sobre la conducta suicida” como de coordinación con otros recursos.

EN CIFRAS

21.538

Atenciones en Salud Mental en 2020. La Red de Salud Mental de Navarra atendió a 21.538 personas en 2020, lo que equivale a 32,6 casos por cada mil habitantes. Del total de atenciones, 3.409 (15,8%) fueron casos de depresión.

7.816

Nuevos pacientes. De las más de 21.000 citaciones, 7.816 eran de pacientes nuevos. Es una incidencia de 11,8 por cada mil habitantes.

18,8

Días de hospitalización en depresión grave. La estancia media de hospitalización en las personas con depresión grave es de 18,8 días, muy superior al de otras patologías. En 2020 hubo 82 pacientes ingresados por transtornos depresivos mayores, de los cuales todos fueron dados de alta.

LAS FRASES

“Ya estamos viendo el impacto de la covid en salud mental y lo veremos en suicidio”

Carlos Artundo

Director general de Salud

“Hay que hablar de salud mental porque hay un estigma asociado con una repercusión importante”

Manuel Cuesta

Jefe de Psiquiatría del CHN

“En junio y julio de 2020 se dispararon los suicidios hasta 8. Es una cifra tremenda para Navarra”

Adriana Goñi

Dra. del Plan de Prevención del Suicidio

“El riesgo de que se produzca una conducta suicida es 21 veces mayor en gente con depresión”

Manuel Martín Carrasco

Vpdte. de la Sociedad de Psiquiatría

“La coordinación y la colaboración con Atención Primaria es muy importante”

Iñaki Arrizabalaga

Gerente de Salud Mental

“Necesitamos más educación en la calle. Los pacientes no saben identificar la depresión”

Elena Aisa

Presidenta de Besarkada-Abrazo