La infección por VIH puede permanecer sin síntomas durante años, razón por la que, salvo que se busque, puede pasar sin ser diagnosticada. Se estima que al menos unas 200 personas estarían infectadas de VIH sin conocerlo en Navarra, según se refleja en un informe publicado por el Instituto de Salud Pública. De ser una estimación correcta, estos casos supondrían más del 15% del total de personas infectadas con VIH en Navarra -1.198 en 2020-, lo que situaría a la Comunidad foral por encima del objetivo 90-90-90 que marca ONUSIDA, que establece que el 90% de las personas que viven con el VIH deberían estar diagnosticadas.

La infección por VIH es un proceso crónico irreversible, pero con el tratamiento adecuado, y siempre que se detecte a tiempo, es posible retrasar el efecto del virus y que este llegue a sus etapas más avanzadas, cuando el paciente ya es considerado enfermo de sida. Es por esto que un diagnóstico temprano es vital.

Los nuevos diagnósticos de VIH han caído este año en Navarra, aunque no puede descartarse que en parte se deba a la pandemia de covid. En concreto, el año pasado se detectaron 29 casos de infección por VIH, lo que arroja la tasa más baja de casos por 100.000 habitantes -4,4- desde 1981, año considerado como el inicio de la epidemia de sida. De las 2.195 infecciones diagnosticadas desde entonces, la gran mayoría fueron detectadas entre finales de los 80 y principios de los 90. Posteriormente, los diagnósticos fueron decreciendo poco a poco hasta que el año 2008 se detectaron 4,4 casos por 100.000 habitantes, la misma tasa que el año pasado.

En cuanto al medio de contagio, según arroja el informe, el principal mecanismo de transmisión son las prácticas de riesgo homosexuales, hasta el 50% de los casos en los últimos cinco años -se diagnosticaron un total de 185-, seguidas de las prácticas de riesgo heterosexuales -43%- y, muy por detrás, el uso de material no estéril para la inyección de drogas -el que durante mucho tiempo fue el principal mecanismo de contagio supuso en el último lustro el 4% de los casos-. Por otro lado, durante el mismo periodo de tiempo, la gran mayoría de casos se detectaron en hombres -81%-.

El momento del diagnóstico, clave En una infección de tan larga duración, que además se manifiesta de formas tan distintas a lo largo de sus diferentes etapas, la cifra de nuevos diagnósticos no es el único indicador necesario para describir la situación epidemiológica. Por ejemplo, el momento en el que se produce el diagnóstico es muy importante. Un diagnóstico temprano mejora la eficacia del tratamiento, por no hablar de que es mucho más probable que transmita el virus una persona que desconoce que está infectada. Por otra parte, la mayoría de las defunciones por sida se producen en pacientes en los que el diagnóstico de VIH y sida se produjeron simultáneamente, es decir, en casos en los que la detección del virus fue demasiado tardía como para que el tratamiento antirretroviral fuera efectivo.

Volviendo a los datos del informe, de los 185 diagnósticos de VIH realizados entre 2016 y 2020, 80 fueron diagnósticos tardíos o con enfermedad avanzada -el 43%, a la baja respecto al 68% del lustro anterior- y 23 de ellos -un 12%- tuvieron un diagnóstico simultáneo de sida. En ese mismo periodo de tiempo fallecieron 83 personas infectadas por VIH, de las cuales 26 lo hicieron por causas relacionadas directamente con el virus.

A pesar del descenso de casos de infección por VIH el año pasado, los diagnósticos simultáneos de VIH y sida en 2020 estuvieron por encima de la media del quinquenio, lo que apoya la hipótesis de que la pandemia afectó en el diagnóstico temprano de la infección, que tiene lugar fundamentalmente en la Atención Primaria.

De esta manera, 7 personas recibieron un diagnóstico simultáneo de infección por VIH y sida, 7 de los 29 casos totales de VIH en 2020, -un 24%-. Por otro lado, esos 7 diagnósticos fueron todos los casos de sida detectados el año pasado, por lo que todos ellos desconocían la infección hasta que desarrollaron alguna de las enfermedades definitorias del sida.

Mayor esperanza de vida El número de personas que viven con el VIH sigue aumentando poco a poco en Navarra debido a que, mientras la incidencia de nuevas infecciones se mantiene más o menos estable, los tratamientos antirretrovirales han mejorado considerablemente la esperanza de supervivencia de los enfermos. De esta manera, a finales de 2020 había en la Comunidad foral 1.198 personas diagnosticadas con VIH y un 72% de ellas tenían más de 45 años.

Sin embargo, y a pesar de los avances en los tratamientos, las personas infectadas por el VIH todavía tienen 8 veces más riesgo de morir que las personas de igual edad y sexo no infectadas y la esperanza de vida en personas infectadas se reduce de media unos 25 años respecto a la de la población general.

Recomendaciones

  • Prevención de nuevas infecciones por VIH. El pilar básico en la prevención es la promoción de estilos de vida saludables en la población y la educación afectivo sexual desde un enfoque positvo e integrador, incluyendo información sanitaria sobre conductas seguras y mecanismos de protección.
  • Prevención, diagnóstico y tratamiento de otras ETS. Otras enfermedades de transmisión sexual, incluido si estas no presentan síntomas, son importantes facilitadores de la transmisión de VIH.
  • Diagnóstico precoz de la infección por VIH. Se ha de realizar serología de VIH ante cualquier sospecha de esta infección. Conviene sensibilizar a la población para que acuda al sistema sanitario a realizarse la prueba su ha tenido exposiciones de riesgo.