seúl - Corea del Norte celebró ayer el 70 aniversario de su fundación con un desfile militar del que no se hicieron eco los medios estatales, lo que apunta a que el régimen apostó por mantener un perfil bajo para no malograr el actual diálogo con EEUU.

El desfile, que arrancó en torno a las 10.00 hora local -01.00 GMT-, concluyó una hora y media después y estuvo presidido por el líder norcoreano, Kim Jong-un, quien no pronunció ningún discurso.

Asimismo, el régimen optó por no mostrar misiles balísticos intercontinentales o de alcance medio, según la delegación de la agencia nipona Kyodo en Pionyang, lo que podría haberse interpretado como una provocación en un momento marcado por el acercamiento con Washington y las negociaciones para la desnuclearización de Pionyang.

Junto al presidente estuvo en el palco de autoridades Li Zhanshu, miembro del Comité Permanente del Politburó y considerado número tres del Partido Comunista chino, subrayando la mejora de lazos entre Pekín y Pionyang en el último año, coincidiendo con el giro diplomático que ha dado el régimen.

Al contrario de lo que suele ser habitual, los medios norcoreanos no informaron en directo del desfile, que el régimen presentó durante meses y al que invitó a numerosos periodistas y autoridades extranjeras.

Además, el presidente de Corea del Norte también acudió, como es tradición, a rendir tributo a las figuras de su padre y su abuelo, Kim Jong-il y Kim Il-sung, al Palacio del Sol de Kumsusan, en el que reposan los restos momificados de ambos. Pionyang contó, asimismo, con otros actos para el aniversario, entre ellos la celebración, por primera vez en cinco años, del célebre espectáculo norcoreano de gimnasia masiva en el estadio del 1 de mayo de la capital, fastuoso y multitudinario despliegue que alaba al régimen y sus logros.

enfriamiento con washington De este modo, el tono inusualmente más moderado puede interpretarse como un gesto de Pionyang destinado a no torpedear el diálogo con la Casa Blanca.

Se trata del primer gran desfile norcoreano desde que Kim y el presidente de EEUU, Donald Trump, firmaron el pasado 12 de junio en Singapur una declaración conjunta en Singapur comprometiéndose a trabajar para lograr la desnuclearización del régimen a cambio de que Washington garantice la supervivencia del mismo.

Sin embargo, la vaguedad de dicha declaración ha complicado las negociaciones entre ambas partes en las últimas semanas. De hecho, Trump decidió cancelar a finales de agosto el viaje que el secretario de Estado, Mike Pompeo, tenía previsto realizar a Corea del Norte debido, precisamente, a esa falta de “progresos”.

Desde entonces, no obstante, el líder norcoreano ha reiterado su compromiso con el desmantelamiento de su programa de armas atómicas algo que, según señalaron hace unos días fuentes de la Oficina de Seguridad Nacional surcoreana, debería ocurrir durante el primer mandato de Trump.

Además, Trump reveló el viernes que Kim Jong-un le había enviado otra carta que espera recibir pronto y que confiaba en que fuera una misiva “positiva” que ayude a desbloquear el diálogo bilateral entre ambos países.

Por su parte, el presidente de EEUU, Donald Trump, celebró el bajo perfil del desfile militar norcoreano. “Corea del Norte acaba de conmemorar su desfile sin el habitual despliegue de misiles nucleares”, señaló Trump en Twitter.

Asimismo, afirmó que los motivos de la parada militar fueron “la paz y el desarrollo económico”, por lo que tuvo palabras de agradecimiento para Kim Jong-un.

“Gracias, líder Kim. Le hemos demostrado a todo el mundo que estaban equivocados. ¡No hay nada como un buen diálogo entre dos personas que se gustan! Mucho mejor que antes de que yo asumiera la presidencia”, concluyó el mandatario americano. - Efe