Madrid - El Reino Unido “no ha cambiado y no va a cambiar su posición sobre la soberanía de Gibraltar”, declaró ayer el número dos del Gobierno británico, David Lidington, tras reconocer las diferencias entre España y su país en este contencioso histórico. Tras su conferencia en el Foro Nueva Economía, Lidington, ministro de la Presidencia en el Gobierno de Theresa May, se mostró así de rotundo cuando fue preguntado sobre si el brexit puede facilitar alguna suerte de cosoberanía sobre Gibraltar.

Lidington defendió que el proceso de negociación sobre Gibraltar incumbe a las autoridades del Peñón y “a otros países de la Unión Europea, incluida España. Desde el principio, hemos dejado claro que nuestro principal objetivo es mejorar la prosperidad y la seguridad compartidas en Gibraltar y en el Campo de Gibraltar”, afirmó. “El Reino Unido y Gibraltar -agregó- siguen comprometidos con este objetivo y estamos avanzando”.

Lidington añadió que Londres y Madrid deben llegar a un acuerdo este mismo otoño; un acuerdo que afecta -mencionó- “a los 8.000 españoles que cruzan la verja a diario camino del trabajo” para tener despejada esta negociación antes de que el Reino Unido abandone la Unión Europea en marzo del año que viene. El ministro repasó casi punto por punto las posiciones que hace apenas diez días, el 25 de septiembre, defendió su colega de Interior, Sajid Javid. El Gobierno conservador del Reino Unido mantiene que no habrá un segundo referéndum para que los ciudadanos británicos reconsideren la salida de su país de la UE.

seguir en europa Lidington recordó que su país abandonará la UE “pero no Europa”, con la que -insistió- ha de aunar esfuerzos en la lucha contra el terrorismo, en la defensa de la seguridad común, y en el mantenimiento de la democracia y el Estado de derecho. También se detuvo en acusar al Kremlin por su campaña de ciberataques, por sus injerencias en los procesos electorales de algunos países occidentales, y por su responsabilidad en los envenenamientos que se han producido en suelo británico, concretamente en la ciudad inglesa de Salisbury. - Efe