Hong Kong - La tensión en Hong Kong sigue al rojo vivo después de que los manifestantes volviesen a provocar ayer la parálisis del aeropuerto de la ciudad, mientras la jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, aseguraba que las protestas están llevando la ciudad a un “camino sin retorno”.

Cientos de personas regresaron ayer al aeropuerto para continuar con su protesta, que pretende llamar la atención de los viajeros internacionales sobre la actual crisis política y lo que consideran brutalidad policial. Los activistas, muchos vestidos de negro, corearon consignas, cantaron canciones e intentaron entablar conversaciones con los viajeros: algunos, los más frustrados con la situación, les criticaban, pero otros eran más comprensivos.

Pero Carrie Lam volvió a defender al cuerpo policial y a criticar a los manifestantes, que, dijo, podrían “hundir a la sociedad en una situación muy peligrosa”. - Shirley Lau