El vicecanciller de Alemania, Robert Habeck, ha tildado este jueves de "error diplomático" el rechazo de las autoridades ucranianas a la vista a Kiev del presidente, Frank-Walter Steinmeier, que ha levantado la polémica en el país europeo.

"El presidente federal es Alemania", ha indicado Habeck, que ha agregado que, por ello, el rechazo constituye "un rechazo a Alemania". "Por desgracia, tengo que decirlo así: la parte ucraniana ha cometido un error diplomático", ha continuado, en declaraciones publicadas por los diarios del grupo Funke.

Cuestionado sobre si él o el canciller, Olaf Scholz, viajarán a Ucrania, una posibilidad que ha quedado en el aire, ha precisado que ahora es necesario ocuparse "rápidamente" de resolver "el problema y no de agravarlo". "Para eso se inventaron los teléfonos", ha remachado.

El martes se conoció que Steinmeier había mostrado su disposición a reunirse con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en Kiev como parte de una comitiva con Polonia, Lituania, Letonia y Estonia, pero este rechazó tal posibilidad. La decisión ha provocado incomprensión y críticas en Alemania.

El Gobierno alemán ya se declaró el miércoles "sorprendido" por la decisión tomada por las autoridades ucranianas y defendió que Steinmeier ha mostrado una postura "muy clara e inequívoca" del lado de Ucrania. Por su parte, las autoridades ucranianas defendieron su postura y pidieron "comprensión".

UCRANIA ACUSA A STEINMEIER DE SER CERCANO A RUSIA

A principios de este mes, el embajador de Ucrania en Alemania, Andriy Melnik, criticó duramente la cercanía de Steinmeier con Rusia. "Para Steinmeier, la relación con Rusia era y sigue siendo algo fundamental, incluso sagrado, pase lo que pase. Ni siquiera la guerra de agresión juega un papel importante en esto", aseguró.

Posteriormente, el propio Steinmeier hizo autocrítica sobre su postura personal con respecto a Rusia en los últimos años, desde su rol como jefe de la Cancillería de 1999 a 2005 y como ministro de Exteriores de 2005 a 2009 y de 2013 a 2017.

Así, lamentó no haber tomado en serio las advertencias sobre Rusia de los países de Europa del Este después de 2014 y destacó que el apoyo al gasoducto germano-ruso Nord Stream 2 supuso un golpe a la credibilidad de Alemania.

"Aferrarme al Nord Stream 2 fue claramente un error", manifestó. "Nos aferramos a puentes en los que Rusia ya no creía y sobre los que nuestros socios nos advirtieron", agregó.