Pamplona - Las dos principales fuerzas políticas de Navarra, UPN y Geroa Bai, no presentarán candidatura en las elecciones europeas del próximo mayo. Una circunstancia que no es nueva, pero que podría tener una incidencia también en las elecciones forales y municipales que se celebrarán en el mismo día. Y en las que sí presentarán lista propia las fuerzas de ámbito estatal, así como EH Bildu, que ya ha ratificado su coalición con ERC y el BNG. El PNV por su parte negocia la tradicional alianza con el PDeCAT.

En las elecciones europeas, España funciona como una circunscripción única. Todos los partidos se presentan en todos los territorios y los escaños en liza se reparten de forma proporcional a los votos. Esta vez serán 59, cinco más que en 2014 como consecuencia de la marcha de los representantes del Reino Unido tras el brexit. Un contexto que refuerza las opciones de las fuerzas de ámbito estatal, y que hace prácticamente imposible que un partido regional alcance por sí mismo el número mínimo de votos necesarios para alcanzar representación. Una circunstancia que tradicionalmente lleva a las distintas fuerzas a buscar alianzas en el resto del territorio o, directamente, a renunciar a una candidatura que no tiene opciones.

Es el caso de UPN, que históricamente se ha venido presentando con el PP. Sin embargo, desde la ruptura en 2008 del pacto de coalición, ambos partidos solo se presentan juntos en las generales, facilitando la hegemonía en Navarra a los regionalistas y el ámbito europeo para los populares. Eso dejó a UPN sin representación en Bruselas, donde tuvo a Javier Pomés como eurodiputado (1993-1994 y 1996-2009), dando paso Pablo Zalba ya en representación del PP (2009-2016). De esta forma, en 2009 y 2014 UPN renunció a presentar lista alguna, cediendo todo espacio electoral al PP. Algo que volverá a hacer también en 2019, solo que esta vez en un escenario mucho más concurrido en la derecha, lo que añade incertidumbre al resultado final en Navarra.

Tampoco Geroa Bai presentó candidatura en 2014, como no lo hizo Nafarroa Bai cinco años antes, cuando Aralar y EA formaron lista con ERC, y el PNV con CiU. Queda por ver qué hace esta vez el PNV, que negocia la tradicional alianza con el nacionalismo catalán, pero que se ha encontrado con dificultades añadidas motivadas por las compleja situación política que vive Catalunya, donde la tradicional base social convergente se empieza a aglutinar en torno a la Crida de Carles Puigdemont. Los nacionalistas vascos de momento han designado a Izaskun Abril como candidata, y al navarro Daniel Innerarity como número tres en una lista que correrá puestos si finalmente hay alianza.

Sin sorpresas A partir de ahí, el escenario parece ya clarificado. EH Bildu repite su coalición con el BNG, esta vez sumando a ERC que se perfila como primera fuerza en Catalunya, lo que anticipa un buen resultado para una coalición liderada por el líder de ERC encarcelado, Oriol Junqueras, y que lleva por nombre en euskera, catalán y gallego, Ahora Repúblicas.

Es sin embargo Podemos la única fuerza que garantiza la presencia de una navarra en la próxima Eurocámara. La alianza con IU lleva por nombre Unidos Podemos Cambiar Europa. Tendrá al actual diputado Pablo Bustinduy como cabeza de cartel, y a la senadora navarra Idoia Villanueva como número dos en unas elecciones que hace cinco años catapultaron a la formación morada, y que ahora encara en horas bajas.

Los socialistas por su parte repiten con las siglas del PSOE con la esperanza de que la división en la derecha les permita ser primera fuerza en el conjunto de España, pero todavía no han clarificado sus candidatos.

Más complejo parece el panorama en la derecha española, fragmentada como nunca en tres partidos que compiten en un escenario cada vez más radicalizado. Y aunque las tres parecen llamadas a colaborar en las instituciones municipales y autonómicas en las que sea posible, tienen en las europeas el escenario para dirimir cuál de las tres lidera el bloque ultra que hoy se manifiesta en Madrid, en un anticipo de lo que serán las elecciones generales que, antes o después, acabará convocando Pedro Sánchez.

lOS EFECTOS EN NAVARRA Las elecciones al Parlamento europeo se celebran cada cinco años. Un ciclo diferente al del resto de los comicios, que se repiten cada cuatro años, y que cada cuatro legislaturas (20 años) coinciden en una misma jornada electoral. Y aunque no son unas elecciones especialmente atractivas para los ciudadanos -apenas el 46% del censo votó la última vez en Navarra-, el arrastre del resto de contiendas hace prever una mayor participación.

La de mayo será así una campaña electoral marcada por las elecciones europeas, lo que llevará buena parte del debate político al ámbito nacional. Un escenario que beneficia a los partidos con presencia mayoritaria en Madrid en detrimento de los de ámbito regional, y que puede tener su influencia también en el voto de las elecciones forales y municipales.

Queda por ver si todo ello implica también un arrastre del voto, y si los electores simplifican su decisión y optan por una misma papeleta para todas las urnas, lo que beneficiaría a los partidos de ámbito estatal, o diversifican en función de cada ámbito institucional como ocurre en ocasiones en el voto para los ayuntamientos y el Parlamento. Y que se podría complicar todavía más si Pedro Sánchez opta por celebrar un Super Domingo electoral en el que coincidan municipales, autonómicas, generales y europeas, lo que llevaría a los ciudadanos a votar en hasta seis urnas diferentes.